Especies de México en peligro de extinción

CIUDAD DE MÉXICO, 27 de septiembre.- México es de los países privilegiados que cuentan con más biodiversidad propia; su constitución geográfica  y variedad de climas, dan vida a especies endémicas, ya sea a nivel nacional, de algún estado, de alguna montaña, cueva,  lago, río o manantial.

En la república mexicana se encuentra 10 por ciento de las especies existentes en el planeta, de las cuales alrededor de 50 por ciento son especies endémicas, y su existencia se limita a una determinada zona

Sin embargo, esa riqueza no es infinita. Actualmente una gran cantidad de especies ha dejado de existir o están a un paso de hacerlo; muchas de ellas por invasión en su hábitat, otras por la caza furtiva (directa o indirecta) y algunas más por los efectos de la contaminación y el cambio climático.

A continuación te presentamos un listado de algunos animales que están al borde de la extinción.

Jaguar (Panthera onca). Habita desde el sur de Sinaloa y el centro de Tamaulipas, hasta la península de Yucatán.

Manatí (Trichechus manatus). Aún se le puede encontrar en Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas.

Maquita marina (Phocoena sinus). Aún vive en el Golfo de California; se estima que viven menos de 60 ejemplares.

Ocelote (Leopardus pardalis). Estos ejemplares sobreviven en Sinaloa, Tamaulipas y en la península de Yucatán.

Perro llanero mexicano o perrito de la pradera (Cynomys mexicanus). Vive entre los límites de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas.

Teporingo (Romerolagus diazi). Es propio del Valle de México y del Nevado de Toluca.

Mono aullador (Aloutta palliata). Su hogar abarca Veracruz, Chiapas y Oaxaca.

Mono araña (Ateles geoffroyi). Se le encuentra, muy poco, en Veracruz, Chiapas y Yucatán.

Oso hormiguero (Tamandua mexicana). Vive en las zonas tropicales de Michoacán, Chiapas y Yucatán.

Armadillo de cola desnuda (Cabassous centralis). Es una especie exclusiva de la Selva Lacandona de Chiapas.

Cotorra serrana occidental (Rhynchopsitta pachyrhyncha). Vuela por el norte, pasando por Michoacán y Jalisco, hasta Chihuahua y Sonora.

Guacamaya roja (Ara macao). En México sólo se encuentra en Chiapas y en Oaxaca.

Loro cabeza amarilla (Amazona oratrix). Quedan pocos en Tamaulipas, y en cierta medida, en las Islas Marías.

Quetzal (Pharomachrus mocinno). Habita Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua y Panamá, y en menor medida México.

Tortugas. Enfrentan en las playas mexicanas todo tipo de riesgos que las mantiene al borde de la extinción.

Entre ellas se encuentran la tortuga marina caguama (Caretta caretta), la tortuga marina verde del Pacífico o tortuga prieta (Chelonia agassizi), la tortuga marina verde del Atlántico o tortuga blanca (Chelonia mydas), la tortuga almizclera chopontil (Claudius angustatus), la tortuga riverina centroamericana o tortuga blanca (Dermatemys mawii), la tortuga marina escamosa del Atlántico o tortuga lora (Lepidochelys kempi) y la tortuga golfina escamosa del Pacífico (Lepidochelys olivacea).

PROTECCIÓN DE ESPECIES

La Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 tiene por objeto identificar las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en riesgo en la República Mexicana, mediante la integración de las listas correspondientes, así como establecer los criterios de inclusión, exclusión o cambio de categoría de riesgo para las especies o poblaciones, mediante un método de evaluación de su riesgo de extinción.

De acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010, se describen 2 mil 606 especies (entre anfibios, aves, hongos, invertebrados, mamíferos, peces, plantas y reptiles), clasificadas en riesgo.

De ellas, 392 son aves, 291 mamíferos, 204 peces, 443 reptiles, 194 anfibios y 49 invertebrados.

Por desgracia, la “civilización” ha tenido un grave impacto negativo a nuestra biodiversidad, que constantemente está amenazada por nuestra actividad diaria.

Los entornos se fragmentan y con ellos caen y se degradan los ecosistemas, propiciando la extinción de los animales del territorio nacional, por lo que no basta conocer las “listas negras” sino actuar, de manera individual y en sociedad, para reducir el desgaste de los recursos naturales que gradualmente se consumen junto con todo tipo de vida, incluso algún día, con la humana.

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