JOSÉ MARÍA MORELOS, Quintana Roo, 11 de diciembre. – La sedentarización de la milpa maya —es decir, la siembra continua en el mismo terreno—, junto con los efectos del cambio climático y el uso indiscriminado de agroquímicos, está generando un marcado deterioro en los suelos del municipio de José María Morelos.
Así lo advirtió Francisco Perera Escamilla, agricultor del Ejido Kilómetro 50, quien recordó que la realidad actual dista mucho de aquella época en la que la región era conocida como “El Granero del Estado” por su alta productividad agrícola. Señaló que la fertilidad de la tierra ha disminuido notablemente y que, aunque todavía produce, los rendimientos ya no se comparan con los de décadas pasadas.
“Está bueno todavía, pero no produce como mucho más antes, hace como 30 años. El suelo te da lo que siempre te va a dar, pues, ahora sí da, pero no como de antes, ahora ya es menos la producción que da”, lamentó Perera Escamilla.
El productor agregó que, hoy en día, sembrar una hectárea no garantiza una cosecha suficiente: “Hay veces nomás vas a sacar unos dos o tres costales de mazorca”, advirtió.
Explicó que, además de las sequías, uno de los factores más graves es el abandono de la rotación de cultivos. Muchos campesinos han permanecido durante décadas en la misma parcela, a diferencia de la práctica tradicional en la que la tierra se dejaba descansar el tiempo necesario para recuperar su masa forestal y su fertilidad de manera natural.