ISLA MUJERES, Quintana Roo 07 de abril.- La zona hotelera de Costa Mujeres tiene actualmente más de 12,000 habitaciones, la mayoría son hoteles de lujo pertenecientes a cadenas extranjeras, cientos de turistas y trabajadores transitan diariamente por la única vía de acceso, una carretera que no recibe mantenimiento desde hace varios años.
A pesar del crecimiento exponencial y las inversiones multimillonarias que hay en este gran desarrollo turístico perteneciente al municipio de Isla Mujeres, donde también está el complejo exclusivo de Playa Mujeres, el acceso a esta zona se encuentra en pésimas condiciones.
Cansados de circular todos los días entre baches en la carretera intermunicipal y de las constantes averías en su automóvil, un mesero y dos amigos decidieron ponerse a rellenar los huecos en su día de descanso.
Con una hielera vieja, un mecate, pala y pico recorren varios kilómetros para hacer la pesada labor, como saben que a los costados de la carretera se han acumulado grandes cantidades de arena y escombro se ayudan con un machete para desmontar hasta llegar a los bancos del material que usan para rellenar cada uno de los baches.
No son albañiles ni gente de la construcción y como no tienen herramienta adecuada se las ingeniaron para usar una vieja y destruida nevera que arrastran con un mecate.
Juan pablo es mesero en uno de esos grandes hoteles, tiene un coche que a duras penas lo lleva a todos lados y dice que le sale más caro estarlo arreglando cada vez que se descompone porque de noche, cuando no hay luz y es temporada de lluvias, es imposible evitar caer en uno de los grandes baches que se forman en esta importante vialidad.
Convenció a Jairo y a José de la Cruz, dos amigos inseparables, para que lo ayuden con el compromiso de darles todo lo que la gente les regale de propina, pero durante más de una hora que el equipo de Infoqro los acompañó para entrevistarlos y tomarles fotos, de unos 40 vehículos que pasaron sólo una conductora les dio un billete de $20, el resto sólo les daba las gracias.
Y entre tantos aplausos y porras de los que pasaban por ahí, alguien gritó a todo pulmón: “esta es la Colosio de Isla Mujeres”.