BÉLGICA, 17 de noviembre.- El Jurado de Ética Publicitaria de Bélgica (JEP en sus siglas en francés), un “organismo independiente de autorregulación publicitaria”, cuya misión es “asegurar una publicidad justa, veraz y socialmente responsable”, ha pedido que se retire una campaña de Calvin Klein por considerar que “banaliza” un asunto preocupante como el de las “autofotos eróticas entre los jóvenes”.
En el anuncio, una joven modelo, Anna Ewers, aparece en una cama, en sujetador, junto al eslogan “I take what I want in my #Calvins”, “cojo lo que quiero en mis #Calvins”, con la almohadilla que se utiliza como ‘hashtag’ en las redes sociales.
Según explica la RTBF belga en su página web, el dictamen del comité belga, emitido el martes y que no está disponible on line todavía, pide la retirada de la última campaña, visible sobre todo en las paradas de autobús y plataformas públicas, al considerar que banaliza un asunto grave.
El órgano regulador recibió trece quejas nada más comenzar la campaña (que en el Instagram de la empresa se puede ver desde el verano), con denuncias por la “asimilación de las mujeres con un objeto sexual”, “atentado al pudor de los transeúntes”, “banalización de la cultura pornográfica” y por “crear confusión entre los jóvenes con respecto a la banalizar la práctica de auto fotos eróticas”.
Tras estudiar las reclamaciones, el JEP considera que no se trata simplemente de “una mujer en ropa interior”, sino de “una mujer muy joven que toma una autofoto en una posición que acentúa su pecho” eclipsando la ropa interior, por lo que “Calvin Klein, por tanto, se desvía del objetivo principal que es la venta de un producto de la ropa interior. Y que es el lenguaje propio de las redes sociales, donde ese tipo de imágenes “circula de manera descontrolada”.
“Teniendo en cuenta el contexto social actual y la cuestión de la práctica de autofotos eróticas entre los jóvenes, somos de la opinión de que la publicidad que trivializa este fenómeno puede ser problemática y está fuera de lugar”, insiste el análisis que en los medios belgas se considera una prohibición de facto, a falta de una decisión definitiva.
Por tanto, el jurado considera que la campaña “no refleja el debido sentido de la responsabilidad social” que se exige en el Código de la Cámara de Comercio Internacional, que se usa como referente, por lo que se “pide al anunciante que deje de difundir esta publicidad”, una decisión que puede ser recurrida.
El JEP fue creado en 1974 y lo integran profesionales del sector y de la sociedad civil. No existe una revisión previa de los anuncios. Los ciudadanos pueden presentar reclamaciones, pero el organismo no hace visionados preventivos ni actúa, en general, de oficio, sino respondiendo a reclamaciones.
El órgano, que emite recomendaciones de modificación o de retirada, se dirige en primer lugar al anunciante. Y en caso de falta de respuesta o si no es positiva, se dirige a los medios para pedir que dejen de emitirla o publicarla. Y lo mismo si se trata de campañas en la vía pública. No tiene autoridad pero su voz, al provenir del propio sector, se escucha siempre. (FUENTE: El Mundo)