CANCUN, Quintana Roo, 18 de noviembre. – Aunque no siempre visibles para la ciudadanía, los binomios caninos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana desempeñan un papel fundamental en operativos de búsqueda, rescate y detección de sustancias ilícitas, convirtiéndose en piezas clave para la seguridad pública en el estado.
Erick Miguel Miguel, manejador canino de la corporación, explicó que el proceso de selección de los perros comienza cuando tienen apenas dos meses de edad, etapa en la que se evalúa su carácter a través del juego, para determinar si son aptos para la unidad.
Con órdenes básicas y ejercicios positivos, se moldea su comportamiento y se fortalecen habilidades claves. Cada detección, búsqueda u operativo es, para ellos, el camino hacia su pelota o su premio favorito. “Deben contar con rasgos muy específicos: valentía, confianza y dureza, porque el entorno en el que trabajamos es muy distinto al de una mascota”, explicó el manejador.
Pero la preparación no es solo para los caninos: comienza también la selección del elemento policial que será su acompañante. El vínculo entre ambos es determinante para el éxito.
“Debemos tener un vínculo muy fuerte para lograr el control y los resultados. En los operativos hay mucha gente, ruido y distracciones. Si no tienes conexión con tu compañero, no hay resultados”.
El entrenamiento de cada canino dura alrededor de un año y su vida operativa se mantiene por unos siete años. Tras ello, pueden jubilarse y ser adoptados por sus propios manejadores. Por sus habilidades físicas y cognitivas, las razas más utilizadas son el pastor belga malinois, pastor australiano y pastor suizo.
Cada uno de estos lomitos enfrenta desafíos: la luz o el ruido pueden afectar su desempeño, por lo que su formación se basa en el condicionamiento positivo, clave para su bienestar emocional y eficacia operativa.
Actualmente, la unidad cuenta con tres caninos certificados, facultados para intervenir en desastres naturales tanto dentro del estado como a nivel nacional e internacional.
Más allá de su disciplina y entrenamiento, estos perros son compañeros leales y valientes. Su labor salva vidas, previene delitos y demuestra que la seguridad también se construye con empatía, juego y confianza. Hoy, cachorros de apenas seis meses ya inician su propio camino rumbo a convertirse en los futuros protectores de Quintana Roo.