CANCÚN, Quintana Roo, 01 de septiembre de 2025.- Mientras las autoridades presumen reducciones mínimas en la percepción de inseguridad, la realidad que viven miles de cancunenses sigue marcada por la violencia y el miedo.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, el porcentaje de habitantes que consideran inseguro vivir en Cancún pasó de 79.5% en marzo a 78.8% en junio de 2025, una baja de apenas 0.7 puntos porcentuales.
Aunque la cifra es presentada como un “avance”, lo cierto es que más de siete de cada diez habitantes siguen sintiéndose inseguros, y los hechos del día a día —ejecuciones, asaltos, extorsiones y balaceras en plena vía pública— contradicen el discurso oficial.
UNA REDUCCIÓN RAQUÍTICA
Autoridades y especialistas atribuyen la ligera mejora a operativos en colonias conflictivas, el incremento de la presencia policial y la coordinación entre los tres niveles de gobierno. Sin embargo, para la ciudadanía esta “mejora” es imperceptible. Los delitos de alto impacto siguen en aumento y el clima de inseguridad persiste en prácticamente todo el municipio.
Si bien ciudades como Ecatepec (90.7%) y Uruapan (89.5%) presentan niveles de percepción de inseguridad más altos, en contraste con destinos como Puerto Vallarta (27.3%) y San Pedro Garza García (11.0%), lo cierto es que Cancún se mantiene en el rango de las urbes más peligrosas del país.
Los números del INEGI reflejan solo una fotografía parcial: la percepción. La vida diaria en Cancún demuestra que la violencia no ha cedido, y mientras las autoridades insisten en mostrar como logro una reducción mínima, la población sigue viviendo entre la zozobra, la impunidad y la desconfianza en las instituciones.
Cancún necesita mucho más que operativos mediáticos o discursos triunfalistas: requiere acciones reales, sostenidas y contundentes que devuelvan la tranquilidad a una ciudad que no puede acostumbrarse a la violencia.