CIUDAD DE MÉXICO, 30 de Agosto.- Un equipo multidisciplinar de científicos, dirigido por el español Juan Carlos Izpisúa ha descubierto un método para cultivar en laboratorio células progenitoras del riñón humano, que podrán servir para regenerar el tejido renal dañado por enfermedad.
Se trata de un importante avance biomédico, abriendo la puerta “a la eterna juventud” de las células renales, una auténtica revolución en el mundo de los trasplantes de riñón.
La mejor manera de cultivar células nefronas
Las células progenitoras de nefronas (NFC) son las encargadas de dar lugar al tejido renal nuevo y de convertirse en nefronas funcionales, las encargadas de la filtración de la sangre y la excreción de la orina. En seres humanos, las NPC solo están presentes durante una breve etapa inicial del desarrollo embrionario, por lo que su cultivo ‘in vitro’ proporciona una nueva plataforma científico-tecnológica para estudiar el desarrollo del riñón así como el tratamiento de sus enfermedades.
Hasta ahora, los intentos para el cultivo de progenitoras de nefrona habían fracasado, puesto que las células morían o perdían gradualmente su capacidad de desarrollo. La clave del avance logrado por este equipo de científicos radica en el método hallado para mantenerlas vivas, mediante el empleo de técnicas de cultivo en 3D.
De los ratones a los humanos
El conocimiento adquirido inicialmente con células de ratón permitió, en una fase posterior, el desarrollo de metodologías para la obtención de células progenitoras renales humanas. La generación de progenitores renales humanos abre las puertas al desarrollo de nuevas terapias destinadas a reemplazar órganos enfermos, así como a la simulación y estudio de enfermedades humanas en el laboratorio.
De hecho, en colaboración con el Hospital Clínic de Barcelona, se están empezando a desarrollar los primeros protocolos preclínicos para el posible traslado de estos conocimientos al estudio de determinadas enfermedades renales. Además, actualmente este equipo investigador está trabajando en el cultivo de otros tipos de células progenitoras, necesarias para generar un riñón completo.
La apertura de nuevas posibilidades
El descubrimiento del equipo dirigido por Izpisúa que recoge el paper publicado este miércoles, puede convertirse en uno de los hitos importantes de una de las nuevas líneas de la biomedicina, la organogénesis, disciplina señalada desde hace algunos años como el siguiente paso en la transplantología: su desaparición.
El nombre de Juan Carlos Izpisúa lleva varios meses en las secciones de Ciencia de todos los periódicos del mundo. Siempre con equipos multidisciplinares y multinacionales, el científico español publicó en abril de 2015, en la revista Science, que había descubierto una pieza clave del envejecimiento humano, cuyo estudio permitirá comprender primero y combatir después los efectos del paso del tiempo sobre los organismos humanos. En mayo, Nature presentó en otro salto cualitativo en la medicina regenerativa con el hallazgo de un nuevo tipo de células madre, “quimeras”, fáciles de clonar, cultivar y modificar genéticamente. (FUENTE: Huffington Post)