ISLA MUJERES.- En las últimas semanas, cuatro tramos del acantilado que actúa como barrera natural frente al Mar Caribe en la zona oriental y sur de Isla Mujeres han sufrido derrumbes, despertando la preocupación de los residentes por la fragilidad del terreno y los riesgos a sus viviendas.
Vecinos de la zona aseguran que el tránsito constante de camiones pesados por la carretera paralela al mar provoca vibraciones en el suelo, lo que podría estar contribuyendo al debilitamiento de las rocas que conforman el acantilado. A esta problemática se suman los estragos ocasionados por huracanes en años recientes, que han erosionado aún más la estructura natural.
Además, los habitantes señalan que las góndolas utilizadas para transportar desechos hacia la zona continental, desde la Unidad de Transferencia de Residuos Sólidos ubicada cerca del mar, también generan un impacto en la estabilidad del suelo. Este transporte pesado pasa obligatoriamente por el camino que conecta con el ferry de la avenida Rueda Medina, lo que incrementa la frecuencia de las vibraciones.
En respuesta, el ayuntamiento ha implementado medidas preventivas al acordonar las áreas afectadas para evitar que turistas se acerquen a los tramos más inestables. Sin embargo, los vecinos solicitan acciones más contundentes para mitigar el riesgo, como un análisis estructural de la zona y la reubicación de la ruta de transporte pesado.
El temor principal de los residentes es que los derrumbes puedan avanzar hacia las zonas habitadas, poniendo en peligro sus viviendas y su seguridad. Por el momento, autoridades municipales no han emitido un pronunciamiento oficial sobre posibles soluciones a largo plazo, mientras los derrumbes continúan evidenciando la vulnerabilidad del acantilado.