CHETUMAL, Quintana Roo, 15 de octubre. – Entre dolor, muestras de solidaridad pero también exigencia de justicia, “Keinerth Amir”, el menor de tres fallecido el miércoles a menos de una hora de ser atropellado, por un taxi, fue despedido por familiares y amigos.
La familia doliente exhortó a las madres y padres a cuidar más en todo momento a sus hijos.
También a los conductores circular con verdadera precaución y así evitar tragedias.
La tarde del miércoles marcó la vida de la familia Villegas Uc. Nadie hubiera imaginado lo que vendría después de aquella salida de su casa.
“Claudia Jaquelinne” retornaba a casa con sus tres hijos. Esperaba en la banqueta cuando de repente “Kainnerth” en su desesperación pero sobre todo inocencia cruzó la calle sin percatarse del taxi que venía exceso de velocidad.
El impacto fue brutal al grado de que el lado derecho del frente de la unidad con número económico 1704, quedó sumido, mientras el cuerpecito era arrastrado bajo el motor y desollado parcialmente con os impactos entre el fierro y el pavimento.
Fue impactante ver el video como la llanta derecha del frente del carro pasó encima y dejó el cuerpo atrás.
El chofer del carro huyó en su primera reacción catalogada por psicólogos como instinto de supervivencia.
Atrás, a decenas de metros una madre corrió desesperada a dejar a sus otros dos menores en la banqueta y con adrenalina en el cuerpo fue por el su hijo inerte sobre el pavimento.
Un conductor de una suburban blanca que pasaba por el lugar se convirtió en un socorrista inesperado, que les trasladó a la Clínica del Instituto de Salud y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Ingresó al nosocomio con muerte cerebral. Los esfuerzos de los médicos por salvarla la vena fueron insuficientes pues el menor estaba grave. La impotencia fue marcada para los galenos.
Su papá, quien había ido a Cancún a trabajar, dejó todo y regresó. Su dolor fue mayúsculo al enterarse.
Afuera, un grupo de “motorepartidores” ubicó al presunto responsable. El cual desde esa tarde permanece bajo vigilancia de la Policía Ministerial (PM), en tanto el juez determina si hay elementos para liberar orden de aprehensión.
Y es que “el bimbo”, como se conoce al conductor del taxi, desde hace días enfrenta depresión. Tenía poco tiempo de haber iniciado en esta labor. Ahora no desea volver a manejar, según un familiar.
“Entre nosotros le convencimos que asumiera la responsabilidad… Ahora su temor es quedar encarcelado cuando solo se ganaba la vida… No quiere ver ni redes sociales pues allí ha sido enjuiciado y todo le ha bajado la moral… Tratamos de animarle pero no le conseguimos”, expuso.
El jueves fue difícil para la familia de Keynerth Amir. Aunque este viernes lo fue más porque después de la misa de cuerpo presente, le llevaron a su última morada en el Panteón Campos del Recuerdo.
El dolor fue mayor pues ya nunca le verán físicamente. El dejarle ir fue el trago más amargo.
“Me duele decir como lo trataron a mi sobrino, lo destrozaron… ¡No se vale! ¡Que hagan justicia a ese hombre! ¡La familia quiere justicia por favor y que la ley entre cómo debe de ser tiene que pagar lo que hizo! ¡Él no sabe el dolor que toda la familia está cargando en el momento, me duele mucho, no saber que hicieron o donde se encuentra este tipo, y exigimos justicia!”, exigió Alicia de Jesús Adán, tía del menor fallecido.
Ahora esperan que la Fiscalía General del Estado (FGE) realice el deslinde de responsabilidades.
En tanto, la aseguradora busca conciliar con la familia y evitar la acción penal del supuesto responsable.
Por la tarde noche inician “los novenarios” en memoria de Keinnerth Amir.