Dorados, como ‘pez en el agua’

CANCÚN, Quintana Roo, 1 de Diciembre. Ángel Villegas.- ¡Qué juego el que disputaron en el ‘Andrés Quintana Roo’, los Potros de Hierro del Atlante y Dorados de Sinaloa, digno de una Final! El dramático cierre justificó la intensidad con la que ambos salieron con todo en busca de la victoria. Por desgracia para la afición cancunense, ‘El Gran Pez’ regresó a su ‘pesera’ con la ventaja (3-2), mínima, pero al fin ventaja.

Con sus goles, Carlos Garcés tiene en la pelea a los azulgrana, en la Final de la Liga de Ascenso ante Dorados.

Mejor escenario, imposible. Casi 15 mil almas reunidas para atestiguar una nueva Final, como aquella que sortearon ante los Bravos de Ciudad Juárez. Las tribunas del inmueble, lucieron como en los viejos tiempos, cuando conquistaron el título en su temporada de presentación en Cancún, en aquel lejano Apertura 2007 ante los Pumas de la Universidad.

Como en los viejos tiempos, casi 15 mil almas apoyaron con todo a los Potros de Hierro del Atlante.

Ahora, la afición se ‘enchufó’ con su equipo, dispuesto a apoyarlo, con tal de verlo campeón. Sólo faltaba que en la cancha, los azulgrana redondearan ‘su’ fiesta y le pusieran la cereza al pastel.

A pesar de ser el que más ambición tuvo en el inicio del duelo, Atlante fue impreciso, poco coordinado en sus líneas, aunque por entusiasmo y corazón, eso sí, no cesó en su ‘galope’. Su planteamiento no le había resultado, y eso tenía preocupado a su ‘jinete’, Eduardo Fentanes, en la banca, y a la afición, en el graderío.

Curiosamente, a nivel del mar, los sinaloenses despertaron y al 21’ silenciaron a los enjundiosos fans atlantistas, con una anotación de Pablo Torres, con el primero de dos tantos que marcaría en la noche.

Por la izquierda, Gabriel Hachen había mandado un preciso servicio al segundo poste, muy bien aprovechado por el camiseta 56 en los dorsales. El arquero Gerardo Ruiz, todavía intentó sacar el esférico de la línea de meta, pero cuando ya estaba dentro de su arco.

Dorados no bajó el ritmo y ejerció mayor presión en la búsqueda del segundo, que llegó hasta el complemento.

Transcurría el minuto 71, cuando el propio Torres recibió el esférico dentro del área y ante la salida del cancerbero, mandó el balón al fondo de las redes para enmudecer a la hinchada azulgrana. Nadie lo podía creer. La frustración y nerviosismo era más que evidente en los desencajados rostros de los asistentes.

Reacción a  todo galope

Con el marcador abajo y por dos goles, a los Potros no les quedó otra que vender cara la derrota. Con un gran corazón, ‘con ese amor propio’ que los caracteriza, según conceptos de su entrenador, como reconoció al final, en rueda de prensa, sus dirigidos mostraron carácter y personalidad para reivindicarse ante su gente.

Era el 84’, cuando Atlante volvió a la vida, con un gol de Carlos Garcés. Sin embargo, el gusto no le duró mucho a los de casa, pues todavía en el festejo, los tomaron mal parados, y Sinaloa aprovecharía la precipitada salida del portero Ruiz, únicamente para que Omar Mendoza lo venciera por tercera ocasión. Otra vez, a remar contra corriente.

La parte final, fue de alarido, no apta para cardiacos, y con unos Potros volcados al ataque, encontraron un justo premio a su esfuerzo. De nuevo, Garcés, ahora al 89’, con un cabezazo al ángulo izquierdo, pondría a su equipo en la pelea, dispuesto a ir por la hombrada al Estadio Banorte.

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