Las elecciones generales del domingo suponen para muchos en Honduras, mientras no haya denuncias de fraude, poner fin a la crisis política desde el golpe de Estado de 2009 al entonces presidente, Manuel Zelaya, agudizada con la reelección de Juan Orlando Hernández en 2017.
Diversos sectores coinciden en que si hay elecciones limpias, Honduras comenzará a recuperar la estabilidad política y social, para hacer frente a los múltiples problemas que lo afectan como la pobreza, desempleo, violencia, narcotráfico, corrupción e impunidad.
La crisis por el golpe de Estado a Zelaya, el 28 de junio de 2009, se agudizó luego de los comicios de noviembre de 2017, cuando fue reelegido Hernández, según la oposición, mediante un “fraude”.
Proceso electoral ha avanzado entre obstáculos
En las últimas semanas diversos sectores del país y la comunidad internacional, con sus observadores, han venido abogando porque cese la confrontación e incitación al odio entre las principales fuerzas políticas que participan en la contienda.
En los comicios participarán 14 partidos y 12 candidatos a la Presidencia, de los que según sondeos de opinión, los que tienen mayores posibilidades de ganar son el gobernante Partido Nacional, que lleva tres períodos consecutivos en el poder, y la alianza de hecho entre el Libertad y Refundación (Libre) con la Unión Nacional Opositora de Honduras (Unoh).
La alianza, solo para la fórmula presidencial, la encabeza Xiomara Castro, de Libre, quien por tercera vez busca ser presidenta de Honduras, luego del derrocamiento de su esposo, Manuel Zelaya, en 2009.
El candidato presidencial del Partido Nacional es Nasry Asfura, alcalde de Tegucigalpa desde el 25 de enero de 2014.
En tercer lugar, según los sondeos difundidos a finales de octubre, figura Yani Rosenthal, del Partido Liberal.
Durante el proceso, las principales fuerzas de oposición han venido señalando que en los comicios podría haber “fraude” y que el presidente Hernández intentaría prolongar su mandato, a lo que él ha reiterado en múltiples ocasiones que no, y que el 27 de enero de 2022 entregará el poder a quien gane los comicios.
Hernández incluso ha dicho que aunque en su administración se hizo mucha obra, aboga porque quien lo suceda haga “mucho más”.
En la víspera, dijo que “hoy Honduras está en las puertas de un nuevo proceso electoral para elegir nuevas autoridades nacionales y locales”, que apelaba “a los hondureños a que este proceso sea de paz, con respeto, con reglas claras”, y “el resultado que sea la voluntad del pueblo hondureño, debe ser respetado”.
“Ya sufrimos bastante, tenemos que seguir buscando la concordia, la oportunidad de empleo que viene con la inversión, el manejo adecuado de las cosas” y “mucho nos ha costado recuperar el nivel de paz que hoy tenemos”, enfatizó el mandatario.
No han faltado, dentro de la oposición, los que presagiaban que incluso no habría elecciones.
Sin embargo, con algunos problemas administrativos y técnicos, entre otros, los entes encargados del proceso electoral han ido avanzando y nada hace prever que no habrá elecciones.
Por ejemplo, parte de un equipo de impresión requerido desde el exterior, que ya debería de estar instalado, terminará de llegar hoy, según fuentes del Consejo Nacional Electoral (CNE).
El fraude solo lo pueden hacer los políticos
El ente electoral ha reiterado que “habrá elecciones” y les ha pedido a los hondureños que el domingo salgan a votar temprano y masivamente para “fortalecer la democracia“, a la que el país retornó en 1980 después de casi 20 años de regímenes militares.
Sobre el “fraude” que algunos opositores creen que se podría fraguar, el analista Eugenio Sosa dijo a Efe que eso solo pueden hacerlo los políticos en las mesas electorales, que están controladas por ellos.
“Solamente ellos pueden garantizar que no haya fraude y solo ellos tienen la capacidad de hacerse un fraude, por lo menos las clases políticas más importantes”, subrayó Sosa, sociólogo y docente universitario.
Además, los políticos “tienen el control desde el más alto organismo electoral, hasta el espacio donde se cuentan los votos”, señaló el analista, al recordar que el CNE lo integran solamente representantes de los tres partidos con mayores posibilidades de triunfo, Nacional, Libre y Liberal.
Sosa dijo que si un partido no tiene gente vigilando las mesas electorales, puede ser víctima de fraude, porque ahí “el que parpadea pierde”, como parte de una “cultura y comportamiento programado para hacerse fraude entre los partidos políticos, adentro de los partidos y entre los mismos correligionarios o seguidores”.
De los 9.5 millones de habitantes que tiene Honduras, un poco más de 5 millones han sido convocados a los comicios, en los que serán elegidos un presidente, tres vicepresidentes, 298 alcaldías municipales, 128 diputados al Parlamento local y 20 al Centroamericano.
Con información de EFE
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