CIUDAD DE MÉXICO, 13 de abril.- El secretario de Turismo de México, Enrique de la Madrid, ha vuelto a la carga e insiste en que el país debería legalizar la marihuana, aunque esta vez defiende que sean los Estados los que tomen la decisión. Es la segunda ocasión en la que el ministro ahonda en esta cuestión, en plena campaña electoral, después de que en enero pasado plantease regularizar su consumo para frenar la violencia rampante en Baja California Sur y Quintana Roo, un pronunciamiento que generó una enorme polémica entre la clase política y la sociedad mexicanas.
“Pienso que en México deberíamos movernos hacia una regulación a nivel estatal”, ha sostenido en una entrevista a la agencia británica Reuters hecha pública este jueves, en la que agrega que no le parece “lógico” utilizar fondos para perseguir a los consumidores de esta sustancia cuando deberían emplearse en combatir el secuestro, las violaciones o los asesinatos. “Mantener la marihuana en la ilegalidad es regalar el dinero a los narcotraficantes”, asegura. “Y con ese dinero lo que hacen esos señores es que sobornan a más policías, compran más armas y son más violentos”, dice el alto funcionario.
En sus declaraciones, que coinciden en el tiempo con el segundo fallo de la Suprema Corte mexicana a favor del uso recreativo de la marihuana y con la postura a favor del expresidente Vicente Fox sobre la legalización de la amapola, De la Madrid sostiene que no tiene sentido la prohibición en México, mientras lugares como la California estadounidense, con la que comparte frontera, se ha convertido en el mayor mercado mundial de venta legal de marihuana. “Es tiempo de actuar”, asegura en la entrevista, refiriéndose a la decisión del alto tribunal, aunque puntualiza que no está abogando por el uso de drogas.
La legalización de la marihuana se ha convertido en uno de los temas estrella de las próximas elecciones presidenciales del 1 de julio. Mientras el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, siempre ha sostenido que México y Estados Unidos no deben seguir políticas divergentes en este asunto y apoyó en 2016 una propuesta de ley para permitir a los mexicanos portar el equivalente a una onza de droga, una iniciativa frenada en el Congreso, el favorito en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena, llegó a tantear una posible amnistía para los capos con el fin de frenar la violencia, una propuesta que también generó polémica.
Por esta razón, que un miembro del actual Gabinete priista vuelva a insistir en romper con el statu quo muestra que ya Washington no solo no dicta ya la línea dura de la guerra contra las drogas en América Latina, sino que algunos políticos mexicanos parecen en sintonía con lo que ocurre en otros países de la zona (Uruguay) e intentan poner freno a uno de los años más sangrientos en México con casi 29.000 muertos en 2017, según cifras oficiales, la mayoría en incidentes relacionados con el narcotráfico. Aunque muchos expertos en seguridad cuestionan que el aumento de la violencia esté relacionado en concreto con el tráfico de marihuana, lo cierto es que las dos joyas del turismo en México, Los Cabos y Cancún, vieron dispararse las muertes de forma alarmante el año pasado, aunque parecen estar reduciéndose en Baja California Sur, lo que no impidió la llegada al paìs de 39 millones de turistas extranjeros, una cifra récord.
Según el ministro de Turismo, que asegura en la entrevista que para 2018 podría llegarse a 42 millones de visitantes, los principales destinos están expuestos a menores riesgos y los turistas son conscientes. Preguntado sobre incidentes ocurridos en zonas como Playa del Carmen donde la explosión de un ferri hirió a 25 personas en marzo pasado, De la Madrid ha manifestado que ningún lugar está libre de riesgo, refiriéndose a tragedias sucedidas en Estados Unidos como el tiroteo de octubre en Las Vegas. “He aprendido que a México le aplican otro estándar. Y nosotros tenemos que aprender a vivir con eso”, ha argumentado. “Vamos a tener que ser más rigurosos cada vez con los temas de seguridad y transparencia”, concluye. (FUENTE: El País)