BANGKOK, 18 de julio.- Sin comida y bebiendo apenas el agua que goteaba de las rocas, los 12 chicos que junto a su entrenador quedaron atrapados en una cueva del norte de Tailandia estuvieron cavando en busca de una salida antes de ser localizados.
Intentamos cavar, pensando que no podíamos esperar a las autoridades, pero no sirvió de nada”, contó Ekkapol Chantawong, el entrenador de los Jabalíes Salvajes y único adulto del grupo, en una rueda de prensa conjunta tras su salida del hospital.
Bebimos el agua que caía de las rocas”, explicó, por su parte, Pornchai Khamluan, de 15 años.
Otro de los niños calificó de “milagro” que fueran encontrados después de pasar más de dos semanas atrapados.
Es un milagro”, dijo en inglés Adul Sam-On, de 14 años, ante los periodistas, sobre el momento en que dos buzos británicos los encontraron a varios kilómetros en el interior de la gruta.
Uno más de los chicos contó que no notaron el hambre los primeros días, pero pasadas dos jornadas empezaron a sentirse cansados y débiles.
Los 12 chicos, de entre 11 y 16 años, y Ekapol, de 26, entraron en la cueva tras un entrenamiento el 23 de junio para celebrar el cumpleaños de uno de ellos, Peerapat Sompiangjai o Night, que cumplía 17, pero una tormenta imprevista anegó partes de la caverna y les cortó la salida.
Después de pasar nueve días sin comida ni agua, buzos británicos los encontraron demacrados, varios kilómetros al interior de la gruta.
Los socorristas estudiaron la mejor forma de sacarlos de allí y optaron por una operación arriesgada que implicaba conducir a los niños a través de pasos inundados en camillas, mientras estaban levemente sedados para evitar que entraran en pánico.
Al cabo de la operación de tres días, el rescate terminó con éxito el 10 de julio.
Los equipos de búsqueda y rescate, que llegaron a formar más de mil personas, los sedaron y transportaron en camillas y bajo el agua en los tramos inundados hasta la salida.
El doctor Phak Lonhanchun, del Ejército tailandés y que estuvo con ellos en el interior de la cueva, contó en la rueda de prensa que, como todos los chicos presentaban las mismas condiciones físicas y no había ninguno grave, dejaron que ellos mismos decidiesen quiénes saldrían primero.
El entrenador Ekapol reveló que decidieron que los primeros en salir fuesen aquellos que vivían más lejos.
Listos para retomar sus vidas
El grupo había permanecido desde entonces hospitalizado en el Prachanukroh de Chiang Rai, capital de la provincia homónima, y esta tarde ofreció su primera rueda de prensa tras recibir poco antes el alta médica en ese centro médico.
Los médicos que les han cuidado indicaron que han recuperado la suficiente fuerza mental y física para regresar a sus casas.
El Gobierno ha recomendado al grupo que vuelva a su vida normal y que evite convertirse en el centro de los medios de comunicación.
A pesar de que tanto ellos como su entrenador están en buenas condiciones físicas y mentales, los responsables sanitarios afirman que se les someterá a un seguimiento psicológico adicional para detectar posibles traumas persistentes. (FUENTE: Excélsior)