PLAYA DEL CARMEN, Quintana Roo, 18 de abril. – La eliminación de productos que generan obesidad infantil en los planteles educativos será un proceso paulatino, debido a que el consumo de grasas y harinas está profundamente arraigado tanto en las escuelas como en los hogares, señaló Jesús Lizama Guerrero, director municipal de Educación, Desarrollo Humano y Bibliotecas Públicas.
El funcionario explicó que ya se han realizado las primeras reuniones de trabajo con la Secretaría de Educación del Estado y el sistema DIF local, con el objetivo de implementar estrategias que favorezcan una alimentación más saludable. Entre las acciones previstas se encuentra la introducción de los llamados “desayunos calientes” en algunos planteles, como parte de una política paralela al retiro gradual de la comida chatarra.
Lizama Guerrero reconoció que el cambio no será fácil, ya que muchos estudiantes crecen viendo en casa un consumo habitual de antojitos mexicanos, lo que dificulta la adopción de hábitos más saludables en las escuelas.
“El verdadero cambio vendrá cuando desde casa los menores reciban el ejemplo y apoyo para consumir alimentos más nutritivos. Es una tarea en conjunto entre escuela, gobierno y familia”, puntualizó el director.