TEGUCIGALPA, Honduras, 4 de diciembre.- Cindy y sus vecinos en la colonia Santa Anita de la capital hondureña hacen sonar ollas y sartenes en el “cacerolazo”, una protesta acompañada de música para denunciar el “robo” de la elección presidencial, en desafío al toque de queda nocturno.
Aunque las calles principales de Tegucigalpa lucen desiertas y la mayoría de negocios están cerrados, a esta comunidad que baila y hace mucho ruido en la vía pública poco le importa la decisión del gobierno de restringir garantías constitucionales, decretada el viernes por 10 días tras brotes de violencia y saqueos.
“El toque de queda es una injusticia, es ilegal”, señala Cindy López, estudiante universitaria de 24 años que aseguró estar “indignada” por “el gran robo que está haciendo el tribunal” electoral.
Los “cacerolazos” se repiten en otros barrios capitalinos y ciudades hondureñas, para denunciar que las elecciones del domingo 26 fueron manipuladas para asegurar la reelección del presidente Juan Orlando Hernández.
El mandatario derechista, de 49 años, tras el conteo de votos finalizado este lunes se perfilaba como vencedor con 42,98% de los votos.
Su principal competidor, el presentador de televisión Salvador Nasralla, 64, de la izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura, mantenía 41,39%, al quedar pendientes pocas mesas para ingresar al sistema de cómputo.
La posibilidad de un segundo mandato de Hernández ha llevado a seguidores de Nasralla a protagonizar protestas callejeras en la última semana, algunas de ellas reprimidas por policías y militares con gases lacrimógenos.
“Nasralla ha obtenido el triunfo y no se lo quieren reconocer, los nacionalistas (Partido Nacional, de gobierno) tienen que aprender a perder pero están encaprichados”, señala Dunia Duarte, de 38 años, dueña de un salón de belleza que lucía un vestido rojo.
El paso de una camioneta con policías no amedrenta a los vecinos de Santa Anita y los uniformados son abucheados pero siguen su trayecto, mientras resuena la canción ‘Es pa’fuera que vas’, dedicada a Hernández, que animó toda la campaña electoral y que se ha convertido en un himno de la Alianza.
“Si van a los hospitales, en busca de medicina, por una simple aspirina, nos dan pastillas de harina. ¡JOH, es pa’ fuera que vas, ¡JOH, es pa’ fuera que vas!”, repite un fragmento del cántico en alusión a las iniciales de Hernández, que emociona a sus detractores.
La estridente melodía, acompañada por el sonido de acordeón, retumba desde un aparato instalado por Wilfredo Flores (46) en la acera y quien señala a los dirigentes del partido oficialista de ser “por generaciones unos largos (ladrones)”.
El gobernante derechista pudo competir en los comicios gracias a un polémico fallo judicial que avaló que postulara a la reelección, lo que la Constitución prohíbe.
“Tengo 33 años. He votado tres veces y no he visto un gobierno peor que el de JOH”, añade Daniela Rodríguez (36) frente a una venta de comida en la vecina colonia de Centroamérica Oeste, uno de los primeros barrios en sumarse a los “cacerolazos”.
La proclamación del vencedor de las elecciones podría tardar hasta 22 días, según el Tribunal Supremo Electoral de Honduras, uno de los países más violentos del mundo, principalmente por las operaciones de las pandillas. (FUENTE: El Nuevo Herald)