CIUDAD DE MÉXICO, 2 de septiembre.- El insólito ensayo de diálogo ayer con jóvenes, como parte de su cuarto Informe de gobierno, llevó al presidente Enrique Peña Nieto a definirse frente a temas espinosos de su administración. De entrada, la polémica visita de Donald Trump y las razones para invitarlo a Los Pinos: en varias propuestas del candidato hay una amenaza real, un riesgo real para México, por lo que había que encararlo y hacerle sentir que México no acepta esas posiciones, respondió.
No fue el único tema complejo. Atribuyó la suspensión de labores en escuelas en Oaxaca y Chiapas al hecho de que la reforma educativa rompió con uno de los grandes vicios sobre la venta, herencia y comercialización de las plazas magisteriales. Rechazó haber comprometido no aumentar más el precio de las gasolinas, y pidió no archivar en un cajón su iniciativa sobre matrimonio igualitario y abrirse al debate.
Directamente los jóvenes invitados preguntaron al mandatario si meterá a la cárcel a los gobernadores que saquearon el erario. Respondió que no le corresponde decidir si se procesa o no a un funcionario, sino que el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción debe encargarse de esas investigaciones. En ninguna otra administración reciente, dijo, tantos personajes o funcionarios habían enfrentado procesos como ahora.
Esta vez no fueron convocados los representantes de los poderes de la República, empresarios, jerarcas católicos, sociedad civil ni periodistas, como solía hacerse. Como remate de las interrogantes, José Ramón, de Hidalgo, planteó: Llevamos dos terceras partes de este sexenio y la credibilidad y popularidad de la administración es increíblemente baja. Pareciera que no podríamos molestarnos más, pero nos sorprendemos de que lo logramos. No lo vemos desmintiendo al candidato (Donald) Trump, no vemos una rendición de cuentas satisfactoria. Me gustaría preguntar dónde están los resultados, dónde está la urgencia que debería tener el gobierno de acabar con la corrupción. No quisiera tener una respuesta coreografiada. Como remate de su pregunta pidió a Peña Nieto apoyar a la academia mexicana.
Antes, el mandatario se había manifestado dispuesto a asumir los costos en su imagen a partir de las decisiones adoptadas. No gobierno para la popularidad, no decidí llegar a la Presidencia para buscar en todo momento y a toda costa altos niveles de popularidad, sino para impulsar un cambio que sea positivo para el país.
Mensaje y preguntas por la tv
A Palacio Nacional fue invitada la más variopinta procedencia de jóvenes para interactuar con el mandatario. Un formato inédito con preguntas sorteadas entre los asistentes y otras enviadas vía Facebook. El primero en intervenir preguntó a Peña: ¿Qué buenas noticias más nos tiene?
Vinieron de todo el país y de las más diversas actividades y formaciones: estudiantes universitarios, emprendedores, deportistas e incluso de las fuerzas armadas.
Peña Nieto lucía relajado, bromeó en más de una ocasión y no pareció sentirse incómodo con ninguna de las interrogantes.
La transmisión comenzó con un mensaje grabado del mandatario en que describió logros de su gobierno y también reconoció: “Sé que hay insatisfacción y descontento en algunos sectores de nuestra sociedad. Muchos mexicanos están preocupados por la educación que reciben sus hijos. Nos lastima la pobreza, un rezago histórico que no hemos superado. En varias regiones el crimen sigue siendo una amenaza. La corrupción y la impunidad dañan la vida del país. Y el crecimiento de la economía aún es insuficiente. Esto es lo que agravia y afecta a los mexicanos, son problemas serios que hay que resolver’’.
Trump, amenaza para el país
Muy pronto, Peña Nieto recibió esta pregunta: ¿Por qué si Donald Trump ofendió y discriminó al país, usted lo invita? El señor no es bienvenido a México. ¿Para qué lo trae? ¿Por qué no le dijo en su cara que México no iba a pagar el muro? ¿Por qué lo dejó ir así?
Peña respondió: “Porque frente a los agravios, los insultos y las humillaciones en expresiones que el candidato Trump ha tenido en algunas ocasiones –sin duda esto ha calado profundamente en el sentir social– lo que hice fue formular una invitación a los dos candidatos”.
Al tener primero la respuesta de Trump, su disyuntiva era: enfrentarlo o encararlo, y quizá llenarlo de insultos iguales a los que él ha tenido, o realmente procurar un espacio de diálogo que pueda frenar o al menos hacerle ver cuál es la realidad de México.
Insistió: en el encuentro con el republicano personalmente le dije: México de ninguna manera pagará el muro que usted está proponiendo construir del lado de la frontera de Estados Unidos. Está en su soberanía y su decisión el no pagar un muro que usted está proponiendo construir en Estados Unidos. Se lo dije cara a cara, de frente, y evidentemente es uno de los temas que guarda diferencia con México.
Dijo que espera reunirse también con la aspirante demócrata, Hillary Clinton, pero eso depende de que ella acepte. En cuanto a Trump, defendió su postura de diálogo, si bien era más fácil cruzarse de brazos que encararlo.
Acerca del aumento del precio de las gasolinas registrado este año, el jefe del Ejecutivo federal sostuvo que en las críticas ha habido distorsiones en lo que realmente yo comprometí. Mencionó que en su momento sólo dijo que no habría más aumentos en 2015, y en efecto, “no hubo gasolinazos. Pero también debo decir que nunca comprometí el que no fuera a incrementarse la gasolina. Lo que ofrecí es que sí habría reducciones en las tarifas de luz eléctrica y telefónicas”.
Peña Nieto aseguró que en el sexenio pasado se destinaron más de 300 mil millones de pesos anuales para subsidiar la gasolina, y esto es un impuesto regresivo que en realidad beneficia a quienes mayor ingreso tienen. Entonces abogó por liberalizar el precio de la gasolina y fomentar la competencia.
Ante la denuncia de casos graves de violaciones a derechos humanos, sostuvo que existe el compromiso de lograr su esclarecimiento. Subrayó que ha habido avances, los cuales se patentizan en la reducción de recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a las fuerzas armadas y corporaciones policiacas, en paralelo a la apertura de México para que organismos internacionales revisen las condiciones que prevalecen en el país.
Más adelante llegó otro cuestionamiento: ¿Seguirá con la iniciativa de matrimonios igualitarios o la desechará por presión de la Iglesia?
Ahí está la iniciativa presentada y ha generado enorme polémica, ha polarizado ánimos, pero creo que es un derecho y en justicia reconocer la libertad de toda persona de escoger con quién quiere hacer su vida en pareja y esto es lo que propongo al Congreso. Espero que esta iniciativa no la archiven en el cajón. (Que) no por esta polarización decidan guardarla. Creo que es ocasión para que se abra un debate.
Primero clases, después diálogo
Le preguntaron qué hará su administración ante los bloqueos magisteriales en Oaxaca y Chiapas. Identificó directamente a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) como responsable de la resistencia a una reforma que busca mejorar la calidad de la educación. Y de nuevo precisó: “No habrá más espacio de diálogo si antes no regresamos a clases. Porque lo que no puedo aceptar como Presidente es que se tome a los niños y jóvenes como rehenes de una causa que tiene la coordinadora’’. A la fecha, aseguró, más de la mitad de las escuelas en esos dos estados ya están en clases.
No plagié en la tesis
Además encaró la polémica sobre su formación académica y qué tan veraz es que plagió la tesis de licenciatura en la Universidad Panamericana. Primero describió su trayectoria académica, incluyendo una maestría en administración de empresas en el Tecnológico de Monterrey.
Peña Nieto refirió que recordaba cómo hizo la investigación para ese trabajo con el tema de los cambios impulsados por Álvaro Obregón en el sistema presidencial mexicano. En ese entonces, comentó, no había computadoras, a veces se escribía a mano y luego se pasaba en máquina de escribir y sólo concedió: quizá pude haber mal citado a algunos de los autores, tendría que aceptarlo como un error metodológico, pero no con el ánimo de hacer mías las ideas de los demás. (FUENTE: La Jornada)