No romperá la relación, pero la definirá

No ven más allá de sus pantallas celulares.
Florestán.

 El uno de octubre, en la sesión de Congreso General, se consumará la primera sucesión del régimen de Morena, cuando Claudia Sheinbaum reciba la banda presidencial de manos de la maestra Ifigenia Martínez, se la tercie al pecho, proteste al cargo y se convierta, constitucionalmente, en la nueva presidenta de la República.

            Será, para López Obrador, la continuación de su proyecto que lo colocará, según ha reiterado, en la línea de Miguel Hidalgo, con la Independencia, Benito Juárez, con la Reforma, Francisco I. Madero, la Democracia y él, a quien los suyos ya han inscrito en la historia oficial como el padre de la revolución de las conciencias.

            Así se soñó y así se verá.

            El punto será la relación con Claudia Sheinbaum, que nunca romperá con López Obrador, pero él sí, en caso de considerarlo necesario.

            Porque nadie se puede creer la reiterada historia de que va al retiro cartujo de su finca en Palenque. Sí, se irá en octubre, pero luego regresará poco a poco, retorno que ha ido despejando al pasar de encerrarse en su propiedad y cortar con el mundo exterior, a volver cuando me lo ordene mi presidenta, a regresar como el general Lázaro Cárdenas, en caso de una guerra o una invasión porque la Patria es primero, y a estar viajando a la Ciudad de México para visitar a su mujer, Beatriz y a su hijo menor, que, he dicho, con toda razón no se irán a su encierro.

            Eso es en lo personal.

            En lo suyo-suyo, el poder, nunca se irá.

            Para eso tiene a Morena, que es López Obrador y él es Morena. No se pueden entender uno sin otro. Y los liderazgos no se heredan, menos en un movimiento que no tiene la estructura ni la disciplina de un partido político, y no me refiero a los mexicanos hoy en su debacle.

            Su brazo será siempre el movimiento y ahí lo tendrá para lo que necesite.

            Pero también llegará el momento en el que Claudia Sheinbaum tenga que definir, que no romper, su relación con él.

RETALES

  1. TENGAN.- El diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, de las confianzas de la próxima presidenta, declaró lo que no ha hecho nadie del régimen: garantizar que ni políticos ni militantes de Morena irán al Poder Judicial. Se postulará a independientes con carrera judicial y probidad. Para que aprendan;
  2. RELEVO.- Ya con Mario Delgado como próximo secretario de Educación y a Rosa Icela Rodríguez en Gobernación, se empieza a despejar la incógnita en Morena y levanta la mano, con todo derecho, Luisa María Alcalde, quien de llegar, también tendrá que definir su relación con la presidenta y con su antecesor; y
  3. ENLACE.- La empresaria Altagracia Gómez Sierra, fundamental en la relación de la entonces candidata con el empresariado, me dijo; que no iría a ningún cargo de gobierno y cumplió. Ayer Sheinbaum la designó coordinadora del Consejo Asesor Empresarial, otra señal.

Nos vemos mañana, pero en privado.

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