CIUDAD DE MÉXICO, 28 de junio.- La Procuraduría General de Justicia capitalina mantiene dos hipótesis que desencadenarían el homicidio del diácono Leonardo Avendaño, una de ellas es la presunta extorsión cometida por este joven contra el párroco Francisco Javier y otros sacerdotes, y una relación sentimental que mantenía con una joven.
Dentro de los indicios que recabaron los investigadores se encuentra un teléfono celular de última generación y un iPad, donde fueron encontradas fotografías “comprometedoras” de Leonardo con otros religiosos. Hay imágenes recurrentes con tres sacerdotes, uno de ellos el padre Francisco Javier.
“Estas fotografías podrían haber sido utilizadas para extorsionar a sus acompañantes, porque eran muy explícitas”, sosteniendo relaciones sexuales, dijo una fuente de la Procuraduría capitalina consultada por Excélsior.
También se pudo constatar que Leo mantenía una relación sentimental con una joven, por lo que también se considera una posible venganza de su agresor al conocer esta situación.
El martes pasado, la procuradora capitalina, Ernestina Godoy, señaló que en los tres meses que fueron fijados por el juez de control para complementar la investigación en el homicidio de Leonardo Avendaño, esta dependencia ampliará sus pesquisas a las cuentas financieras de la víctima.
No tenía trabajo fijo
Con base en testimonios asentados en la Carpeta de Investigación FCIH/1/UI-1 C/D/00108/06-2019, este joven, quien pretendía ser seminarista, sólo se dedicaba a colaborar en el templo de Cristo Salvador, no tenía ningún ingreso económico fijo, ya que su madre le entregaba alrededor de 10 mil pesos al mes, pero ella ya falleció.
“No trabajaba, ayudaba a oficiar misas; era huérfano, ya que recientemente su madre había fallecido”, declaró un conocido de Leonardo para la PGJ CDMX.
Aunque no trabajaba, el estudiante de la Universidad Intercontinental tenía una camioneta Chevrolet y viajaba con regularidad al extranjero a ciudades como Aspen, Milán o Miami.
Asimismo rentaba un departamento cerca de la parroquia en donde pagaba seis mil pesos mensuales. (FUENTE: Vanguardia)