El primer aniversario de las protestas del 11J, las mayores en décadas en Cuba, se vivió con aparente normalidad y mayor presencia policial en las calles, el rechazo del Gobierno y actos de represión selectivos contra disidentes, activistas y periodistas independientes.
Aquellas protestas -con miles de manifestantes, una muerte violenta, cientos de detenidos y cerca de 400 condenas de cárcel hasta la fecha- se produjeron en un contexto de grave crisis económica que, en gran medida, no ha conseguido atajarse en estos últimos doce meses.
Los principales escenarios del estallido de 2021 en La Habana -epicentro de las protestas- y San Antonio de los Baños (35 kilómetros al suroeste de la capital), lugar de la primera manifestación, en nada se asemejaban en esta sensible fecha a los que acogieron las escenas de un año atrás.
Tanto en la capital como en San Antonio de los Baños reinó un ambiente de aparente normalidad y calma en sus calles, que contrastaban con las escenas de 2021. En la localidad de provincias, sus vecinos evitaron tocar el tema al ser preguntados al respecto.
La escena se repitió en el centro de La Habana, punto de mayor algidez en las protestas que tuvieron lugar en la capital. La diferencia en este caso fue la presencia policial, mayor que lo normal y desplegada en puntos estratégicos del centro histórico.
“Yo viví el Maleconazo (protestas en 1994) y el Mariel (hasta 2022, el mayor éxodo migratorio en la isla) y siempre es igual: vuelta de página. Claro que me ha afectado la crisis, como a todos, pero la vida sigue”, dijo a Efe Leandro Martínez, un cuentapropista (autónomo) de 56 años en el céntrico Parque Central habanero.
Denuncias de represión
De forma paralela, activistas, opositores y periodistas independientes denunciaron haber sido detenidos, amenazados o sitiados en sus domicilios por agentes de la seguridad del Estado durante estos días.
La ONG Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), con sede en Madrid, aseguró haber registrado en los días previos y hasta mediodía del 11 de julio “más de un centenar de acciones represivas (105) en el marco del primer aniversario del 11J”.
El opositor Manuel Cuesta Morúa aseguró que fue detenido “un par de horas” este sábado junto al rapero David D’omni, “bajo el argumento” de que estaban “organizando algo” para la conmemoración del 11 de julio, y que se le conminó a no salir de casa este lunes.
“El Gobierno sabe que no puede arriesgarse a desmilitarizar los espacios públicos. De ahí la paranoia que lo lleva a militarizar la misma puerta de los activistas”, señaló.
Otros activistas, opositores y disidentes que afirmaron estar sitiados en sus domicilios fueron Marthadela Tamayo, Osvaldo Navarro, María Matienzo y Kirenia Núñez. Retenido por la seguridad del Estado se encontraba por su parte Guillermo Fariñas, según indicó su madre.
El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) denunció por su parte acciones de represión contra 19 periodistas independientes en toda la isla, entre ellos Luz Escobar, Camila Acosta, Boris González, Juan Manuel Moreno, Frank Abel García, Melba González y Martha Liset Sánchez.
La ONG Justicia 11J también aseguró que se estaban produciendo sitios y arrestos de familiares de personas detenidas por manifestarse hace justo un año.
Rechazo gubernamental
El Gobierno cubano, por su parte, ha descalificado estas protestas incidiendo en los dos puntos en los que ha basado sus críticas en los últimos meses: que fueron actos violentos y que estuvieron dirigidos desde el exterior.
El presidente del país, Miguel Díaz-Canel, tachó de “golpe de Estado vandálico” los hechos del 11 de julio de 2021, mientras el primer ministro, Manuel Marrero, apuntaba en Twitter que las calles son de “nuestros niños, para que vivan en paz”, y del “pueblo revolucionario”.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció por su parte el “involucramiento directo” del Gobierno de Estados Unidos en las protestas en reacción a un comentario del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
Las palabras de Blinken, que dijo reconocer la “determinación y el coraje del pueblo cubano en su larga lucha por la democracia”, confirman, según Rodríguez, la participación de Washington en “intentos de subvertir el orden y la paz en Cuba”.
El 11 de julio de 2021 se produjeron en cerca de 50 lugares de Cuba protestas antigubernamentales en las que participaron miles de personas de forma espontánea.
Para el profesor e investigador cubano Julio César Guanche, un diagnóstico más profundo sobre la causas que originaron las manifestaciones debería ir más allá de la “agresión externa” o la “agenda de cambio de régimen”.
“Las demandas vinculadas al costo de vida son muy claras de identificar y las demandas del tipo político como (la) democratización (…) No ha habido una continuidad (en la respuesta del Gobierno) como lo que se necesitaba para el nivel de la gravedad”, señaló a Efe.
Las manifestaciones -eminentemente pacíficas- tuvieron lugar en medio de una grave crisis económica, evidente en el desabastecimiento de bienes básicos, el fuerte incremento de los precios y los frecuentes apagones, elementos fruto de la pandemia, las sanciones de Estados Unidos y los errores en la política económica nacional.
Con información de EFE
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