PLAYA DEL CARMEN, Quintana Roo, 5 de Julio.- Los gobiernos de Campeche, Yucatán y Quintana Roo restaurarán dos millones de hectáreas deforestadas y degradadas, de aquí al 2030, para cumplir con un compromiso asumido en diciembre del año pasado, al sumarse al Bonn Challenge (Desafío de Bonn). Esta iniciativa global, creada en el 2011 en la ciudad de Bonn, Alemania, prevé la restauración de 150 millones de hectáreas de tierras deforestadas y degradadas antes del año 2020 y 350 millones de hectáreas para el 2030.
En este sentido, Rafael Muñoz Berzunza, secretario de Medio Ambiente, comentó que Quintana Roo restaurará 700 mil hectáreas. De éstas, refirió que Solidaridad aportaría aproximadamente el 19.7%. Comentó que desde la COP16 que se llevó a cabo en Cancún en el 2010, los tres estados que conforman la Península de Yucatán trabajan en conjunto para reducir la deforestación y degradación en la región y promover un desarrollo sostenible de bajas emisiones. En este sentido, durante los trabajos paralelos a la COP21, realizada en diciembre pasado en París, Francia, establecieron una meta para el 2020, y 2030.
“En la Península de Yucatán se identificaron más de 4.4 millones de hectáreas bajo diferentes niveles de degradación, representando poco más del 30% del territorio. Con nuestro compromiso de 2 millones de hectáreas, definimos una meta común de restaurar la funcionalidad del 14% del territorio y recuperar casi la mitad del paisaje degradado para el 2030”, explicó.
“Quintana Roo, se comprometió en contribuir a esta meta regional con la restauración de 300 mil hectáreas al 2020 y 700 mil hectáreas al 2030”, agregó.
Para lograrlo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), a través de las asociaciones civiles Reforestamos México y Probatura Península de Yucatán, apoyan con el diseño de las estrategias estatales de restauración funcional de paisaje. La intención es promover la asociación entre el sector privado y comunitario con el fin de generar flujos de inversión, mediante el cambio en la práctica del uso del suelo y el aumento a largo plazo de la captura de carbono y de otros servicios ecosistémicos, así como fomentar el desarrollo socioeconómico de las poblaciones rurales fomentando la transición hacia una “economía verde”.
Las pinturas, dibujadas sobre una roca, representan a un hombre y a un camélido en color negro y se encuentran a unos 15 minutos de camino de la ciudadela de Machu Picchu, señaló Astete.