Norma Piña, ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), criticó en su segundo informe de labores la reforma al Poder Judicial impulsada por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y que fue publicada el 15 de septiembre.
En su mensaje, Piña Hernández dejó en claro que los resultados de esta reforma no serán inmediatos, sino a través del paso del tiempo.
La reforma judicial no es una historia de vencedores o vencidos, todo demócrata y con mayor razón todo servidor público desea lo mejor para su país. No es posible saber, al menos en este momento, cuál será el resultado de dicha reforma. Se necesita de la sabia virtud de conocer el tiempo”, declaró.
“Pienso y al mismo tiempo así lo deseo por el bien de mi país que la expresión clamada por algunos de ‘sí se pudo’ solo y tendrá sentido no ahora sino cuando en su caso, los hechos den constancia plena de que está funcionando el nuevo sistema que garantice de mejor manera los derechos de los y las mexicanos”, destacó.
“Espero que la finalidad de esta reforma por el bien de México no consiste en destruir, sino en construir un mejor sistema de protección de los derechos humanos, un mejor control de regularidad constitucional, un mejor sistema de contrapesos entre los poderes del Estado”, refirió.
Todo ello en beneficio de la sociedad y nuestro país, pero esto solo se verá con el tiempo, que será cuando la reforma se podrá apreciar y evaluar en su totalidad”, enfatizó.
La ministra Piña Hernández explicó que esta reforma judicial viene de una “narrativa falsa, infundada pero repetida, tan consistentemente que ha parecido en convertirse en verdad”.
“Nos encontramos ante un caso típico de postverdad, en el que las apelaciones a las emociones, a las creencias y a los sentimientos han tenido más influencia en la formación de la opinión pública que los hechos verificados”, resaltó.
Afirmó que hubo una campaña comenzado desde hace seis años para anular la autonomía del Poder Judicial “para sujetarlo a lógicas electorales y partidistas”, la cual se intensificó inclusive “de manera violenta” cuando la SCJN y sus integrantes emitieron decisiones amparados como “un tribunal constitucional”.
“Las coincidencias entre ataques y amenazas y a la Judicatura Federal, sus integrantes y al legítimo ejercicio de nuestra función jurisdiccional se hicieron patentes cuando frente a decisiones contrarios a los intereses del Gobierno se nos llamó de traidores al pueblo, y abiertamente se nos acusó de no ser parte, como además no debía ser, de un proyecto político dominante”, externó.
Contó que la campaña contra el Poder Judicial de la Federación se intensificó a raíz de tres “puntos de quiebre”: la reforma a la Guardia Guardia Nacional para depender de la Secretaría de la Defensa Nacional, el decreto presidencial donde declaraba de seguridad nacional todo los proyectos prioritarios del Gobierno de López Obrador, así como la invalidación del Plan B de AMLO derivado de graves violaciones al proceso legislativo.
Cada vez que la SCJN resolvió esos casos, las y los ministros que votamos en contra fuimos acusado de traidores, corruptos, aliados de minorías rapaces de la delincuencia organizada y de cuello blanco, e incluso se realizaron alegorías en ataúdes de algunos de nosotros. Todo ello por ejercer nuestra función como jueces y juezas constitucional y de cara a la sociedad”, lanzó.
“Desde entonces se volvió una práctica generalizada, violar abiertamente las suspensión dictadas por jueces federales en contravención directa de la Constitución. También se volvió una práctica recurrente amenazar a jueces magistrados y ministros con persecuciones penales y juicios políticos”, manifestó.
Además, criticó la eliminación de la carrera judicial, y que en su lugar se impusiera desde el poder un nuevo método que politiza la impartición de justicia.
He reiterado que, por supuesto, se necesitaba una reforma, pero que no podíamos caer en la salida fácil; el contexto tan complejo que se vive en México no se lo merece, y mucho menos, sus consecuencias, insisto: hoy impredecibles. A mi juicio, ninguna falla justifica la eliminación, de tajo, de la carrera judicial; menos aún, el establecimiento de un sistema que, según la experiencia comparada, no solo no abona a la impartición de justicia, sino que la politiza”.
Por último, la ministra Piña Hernández realizó un reconocimiento a sus colegas, a todo el personal jurisdiccional, así como el personal administrativo y operativo.
“A todos los que somos trabajadoras y trabajadores del Poder Judicial Federal; en particular a los estudiantes, que se han manifestado, que han marchado, que se han involucrado alzando su voz en un tema crucial para la preservación del Estado de derecho”, destacó.
“El trabajo de cada uno es la mejor voz; y lo que hace cada uno en la labor cotidiana por la justicia, es su legado. La congruencia, la ética, el trabajo, la perseverancia, la excelencia, la dignidad son y serán la mejor carta de presentación ante el escrutinio de la historia”abundó.
Con información de López-Dóriga Digital
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