Reino Unido se separa de la Unión Europea para convertirse en un “tercer país”

REINO UNIDO, 31 de enero.- Al filo de la medianoche del viernes en Bruselas, Reino Unido dejará la Unión Europea y el primer ministro Boris Johnson cumplirá su promesa electoral de ejecutar el Brexit.

Tres años y medio después del referendo de 2016, que puso patas arriba la agenda política continental, persiste una palpable fractura en la sociedad británica y en los debates sobre inmigración e identidad.

Los intercambios comerciales diarios entre el Reino Unido y la UE continuarán como ahora hasta finales de 2020. Durante este período de transición de 11 meses, Londres y Bruselas negociarán su futura relación. Hasta entonces habrá, sin embargo, algunos cambios prácticos.

LAS INSTITUCIONES

En Bruselas, la retirada de la bandera del Parlamento Europeo simbolizará un cambio muy real: el Reino Unido abandona la UE y se convierte en un “tercer país”.

Ninguno de los 73 eurodiputados británicos elegidos en mayo ocupará un escaño. 46 serán reservados para futuros Estados miembros y 27 serán redistribuidos a otros países del bloque.

Londres ya no tendrá derecho a presentar un candidato para un puesto de comisario europeo, aunque, tras las últimas elecciones europeas, ya carecía de uno por la negativa del primer ministro británico Boris Johnson de proponerlo.

Ya no se invitará al primer ministro británico a las cumbres europeas, y los miembros del gobierno no asistirán a las reuniones ministeriales.

Como ciudadanos de un país extranjero, los británicos no podrán presentarse a puestos de funcionarios en Bruselas. Sin embargo, muchos de ellos consiguieron la doble nacionalidad para poder quedarse.

DERECHOS DE LOS CIUDADANOS

Los 3.2 millones de europeos que viven en el Reino Unido y los 1.2 millones de británicos residentes en el continente podrán seguir estudiando, trabajando, recibiendo subsidios y reuniendo a sus familias como hasta ahora.

Según la ONU, alrededor de 1.2 millones de ciudadanos británicos viven en un país de la UE, principalmente en España, Irlanda, Francia, Alemania e Italia.

Según la oficina de estadísticas británica, 2.9 millones de ciudadanos de los otros 27 países de la UE viven en el Reino Unido, o sea alrededor del 4.6% de la población.

En virtud del acuerdo de retirada, los expatriados radicados a ambos lados del Canal de la Mancha antes del final del período de transición conservarán sus derechos de residencia y trabajo en el país de acogida.

Los ciudadanos europeos que residen en el Reino Unido deben registrarse para beneficiarse de estos derechos. Para los británicos que viven en la UE, los procedimientos cambian de un país a otro.

La libertad de circulación se aplicará hasta finales de diciembre de 2020. Los detalles de los derechos recíprocos se negociarán después del Brexit.

ADUANAS EN IRLANDA DEL NORTE

La provincia británica de Irlanda del Norte permanecerá en el territorio aduanero del Reino Unido, pero respetará las regulaciones del mercado único europeo para poder mantener abierta la frontera terrestre con la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE.

Esto implicará realizar controles reglamentarios entre la isla de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Esta disposición provocó la ira de los unionistas norirlandeses del DUP que la consideran como un ataque a la integridad del Reino Unido.

Cuando entren en Irlanda del Norte productos procedentes de terceros países, por ejemplo Estados Unidos, destinados a permanecer en la provincia, se aplicarán los aranceles británicos.

Por el contrario, si la mercancía llegada de terceros países está destinada a entrar en la UE a través de Irlanda del Norte, las autoridades británicas aplicarán los aranceles de la UE.

AVAL DE LA ASAMBLEA NORIRLANDESA

La asamblea regional de Irlanda del Norte tendrá la última palabra sobre la aplicación a largo plazo de las reglas europeas en su territorio, mediante un mecanismo de “consentimiento”.

La asamblea debe aprobar por mayoría simple durante el periodo de transición si quiere aplicar estas disposiciones a partir del 1 de enero de 2021 y confirmarlo cada cuatro años.

Si decide abandonar la reglamentación europea, el protocolo dejará de aplicarse dos años más tarde.

ACUERDO DE LIBRE COMERCIO

En una “declaración política” que acompaña al Tratado de Retirada, la UE y el Reino Unido establecen su intención de alcanzar una relación comercial pos brexit “sin aranceles aduaneros ni cuotas”.

A cambio, Bruselas exige “garantías” sobre el respeto de condiciones de competencia justas. El objetivo es evitar que el Reino Unido se convierta en un competidor “desleal” a las puertas de la UE que no cumpla con las normas sociales, fiscales y ambientales del bloque.

Sin embargo, las discrepancias aparecieron incluso antes del inicio de la negociación. (FUENTE: El Universal)

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