CANCÚN, Quintana Roo, 03 de julio (Infoqroo). – Ante la amenaza del huracán Beryl, el Ayuntamiento de Benito Juárez activó un plan de contingencia para salvaguardar aproximadamente 10 mil 400 huevos de tortuga marina pertenecientes a 93 nidos localizados en el corral de Playa Delfines.
Estos huevos fueron trasladados a un lugar seguro como medida preventiva para proteger esta especie en peligro de extinción.
El Encargado de Despacho de la Presidencia Municipal de Benito Juárez, Pablo Gutiérrez Fernández, supervisó la reubicación de los huevos de tortuga marina, y resaltó la importancia de estas acciones para preservar el medio ambiente y la biodiversidad local.
“Agradecemos el excelente trabajo realizado por el equipo de Ecología. Instamos a la población a seguir las recomendaciones para continuar protegiendo a esta especie tan crucial para nuestro ecosistema. Cualquier incidencia puede ser reportada al 911”, declaró.
Por su parte, la titular de la dirección general de Ecología, Tania Estefanía Fernández Moreno, informó que Cancún cuenta con 45 corrales tortugueros distribuidos en 12 kilómetros de playas, albergando aproximadamente 105 mil huevos de tortuga marina.
De estos, un corral está bajo responsabilidad municipal y los restantes 44 están bajo el cuidado del sector hotelero.
Durante el monitoreo del huracán Beryl, los huevos en los corrales bajo la administración del sector hotelero serán inventariados y resguardados conforme avance el pronóstico meteorológico, asegurando su protección hasta que concluya el fenómeno.
La funcionaria explicó el proceso de resguardo de los huevos, detallando que son colocados en cajas de unicel para mantener una temperatura adecuada que favorezca el desarrollo embrionario. Cada caja contiene una capa de arena donde se colocan los huevos y luego se cubren con otra capa antes de ser perforadas para permitir el paso de aire.
La información relevante, como la fecha de recolección, se registra en la tapa de la caja para un monitoreo efectivo.
Los biólogos responsables indicaron que este procedimiento garantiza que los nidos no sean afectados por las condiciones adversas del huracán, aumentando las probabilidades de que entre el 78% y el 80% de las crías eclosionen exitosamente.
En caso de que la eclosión ocurra antes del impacto del huracán, las crías serán liberadas en la playa según el protocolo establecido, aproximadamente dos meses después de la anidación.