CHETUMAL.-El escritor Jorge Manríquez Centeno presentó su primera obra literaria (Des)encuentros) en el Café 290 de Chetumal, con el sello editorial Rosa Ma. Porrúa y prólogo del autor Alberto Guerra Naranjo, marcando así el inicio de su trayectoria como narrador.
“Soy chetumaleño de corazón. Arribé a esta ciudad en 1991 y aquí habré de quedarme”, expresó Manríquez Centeno al agradecer a Chetumal por haberle dado familia, amistades e inspiración, al tiempo que destacó que esta ciudad le permitió reencontrarse con su vocación literaria.
El autor compartió que (Des)encuentros nació de una vivencia personal: la pérdida de su gato Maní, a quien rescató siendo cachorro y cuya desaparición lo llevó a escribir el relato inicial de su libro. “De una sentada escribí Maní, y de ahí fueron surgiendo otros más. Las escenas dantescas y fantásticas de las oficinas donde trabajé poblaron parte de mi memoria, y trato de darles vida en (Des)encuentros”, narró el escritor, quien se define como “chilango de nacimiento y chetumaleño de corazón”.
Durante la presentación, el escritor Agustín Labrada destacó que la obra expone en una prosa directa “el laberinto tóxico de una oficina de gobierno del Distrito Federal”, que sirve de espejo para explorar la condición humana, marcada por la frustración, la ambición y los deseos oscuros. “Esa oficina de los años ochenta bien pudiera ser una oficina de todos los tiempos”, apuntó.
Labrada señaló que el texto está narrado en tercera persona, con un lenguaje claro y giros del argot capitalino, y que, como en El naranjo de Carlos Fuentes, un elemento simbólico —el gato— atraviesa la obra como hilo de unidad y símbolo de evasión en medio de la adversidad.
“(Des)encuentros es una galería de personajes embusteros, cobardes, enamorados, indecisos, y algunos seres antiheroicos que repiten las mismas escenas de la historia humana: las pasiones, los absurdos y los conflictos entre la inmediatez y la fantasía”, concluyó Labrada.
Para Jorge Manríquez, esta obra representa un renacer literario tras años de silencio creativo: “La pandemia me obligó a reinventarme y a sacar a la luz mis vivencias bajo el faro de la literatura”, afirmó ante el público que celebró su debut con calidez y reconocimiento.






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