Enfrenta anciano morelense la vejez sin ingresos ni atención médica

JOSÉ MARÍA MORELOS, Quintana Roo, 23 de octubre. – A sus más de 70 años, Eulogio May enfrenta una dura realidad que comparten miles de adultos mayores en comunidades rurales: la falta de un ingreso digno y de acceso a servicios médicos gratuitos y de calidad.

Campesino de toda la vida, trabajó durante décadas en la milpa, tumbando monte, chapeando maleza y sembrando maíz. Hoy, su cuerpo resiente el desgaste de años de esfuerzo sin descanso. Dice tener más de siete décadas, aunque ni él mismo recuerda con precisión su edad. “Yo ya no puedo, si no me dolerán los pies, yo todavía trabajaba”, explica, consciente de que no es la falta de voluntad, sino la pérdida de vitalidad, lo que lo mantiene inmóvil y en situación de necesidad.

Como muchos campesinos mayas monolingües y sin instrucción, nunca se enteró de los beneficios de ser ejidatario ni tuvo oportunidad de comprar tierras propias. Su única fuente de sustento proviene de apoyos gubernamentales esporádicos y de la ayuda ocasional de personas solidarias.

Hace más de una década, Eulogio quedó completamente solo. Su familia decidió apartarse de él antes que asumir el cuidado de un anciano enfermo. Desde entonces, vive sin compañía, sin hijos ni hermanos que se preocupen por su bienestar, y en ocasiones, debe pasar días sin alimento.

La historia de Eulogio May refleja la vulnerabilidad en la que se encuentran cientos de adultos mayores del sur de Quintana Roo, quienes, después de una vida de trabajo en el campo, enfrentan el abandono, la pobreza y la carencia de servicios básicos en su vejez.

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