LOS ÁNGELES, E.U. 31 de octubre.- Una imponente celebración espiritual, mágica y musical del Día de Muertos se vivió este sábado por casi 12 horas en el más antiguo cementerio de Hollywood, en donde están sepultados entre otros el actor Rodolfo Valentino y Johnny Ramone, quien fuera líder de la banda The Ramones, entre otros.
Reconocida como la más grande celebración del Día de Muertos fuera de México esta fiesta presenta una peculiar fusión por ser un evento organizado por estadunidenses, pero mezclando las expresiones de la cultura mexicana y prehispánica que cada vez gana más adeptos entre la comunidad anglosajona.
“Hace 17 años empezó como una celebración de la comunidad oaxaqueña de Los Ángeles, con unos cuantos altares y había sólo decenas de asistentes, ahora ya llegan más de 40 mil y esto sigue creciendo”, recordó con mucho orgullo la oaxaqueña Dolores Ortiz.
“Ahora ya no es organizada sólo por oaxaqueños pues participa mucha más gente y más estadunidenses se involucran, así que se está dando una mezcla muy especial”, compartió Ortiz sobre el evento en el cementerio más grande de Estados Unidos donde se colocaron más de cien altares.
En esta ocasión fue evidente el derroche de creatividad entre organizadores y participantes luego de que muchos usaron disfraces espectaculares y costosos en alusión a la muerte junto con altares en los que se invirtieron grandes sumas de dinero y creatividad
A la par se instalaron cuatro escenarios para presentaciones musicales y en la mayoría hay danzantes pintados con caras de muerte interpretando música folklórica mexicana de Michoacán o Oaxaca, así como 150 danzantes aztecas y de otras regiones de México.
En esta ocasión hubo conciertos de Julieta Venegas, el mariachi Toloache y el grupo de rock Mitre, entre muchos más.
Entre los artistas fallecidos destacaron altares para Juan Gabriel y Jenni Rivera, de la que en el escenario principal se proyectó un holograma con la actuación de la cantante fallecida cantando Cuando muere una dama.
Aquí aparecieron altares por El árbol de la vida; para las víctimas del lamentable tiroteo en Orlando, Florida, que cobró decenas de víctimas en junio pasado, otros para los inmigrantes indocumentados y otro para invitar a votar el próximo 8 de noviembre.
Esta celebración está creciendo en forma de espiral y notable en un choque de culturas que aún está lejos en números del arraigado Halloween, que aquí significa más una celebración de juegos, disfraces de espanto y dulces para los niños disfrazados que tocan a las puertas. (FUENTE: La Jornada)
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