CIUDAD DE MÉXICO, 6 de Julio.- Como los fuegos artificiales desgarran cielos de la noche y la gente en todo Estados Unidos muestra con orgullo sus barras y estrellas, así era la sonrisa de Armstrong. Su sonrisa reconfortante tranquilizaba a la gente —una cara amable, lo que sugiere tal vez un nerviosismo lúdico—… como su trompeta, su sonrisa se convirtió en un signo de la personalidad de Louis. Se convirtió en una máscara de celebración, oscureciendo un espíritu desafiante y una cruda complejidad emocional.
En ninguna otra parte es esto más evidente que cuando Louis canta, del pianista y compositor Fats Wallers, “(What Did I Do to Be So) Black and Blue”. Louis sonríe mientras canta y, sin embargo, no puede ocultar lo que está en su cara: vemos el dolor y la decepción, la tristeza y la rabia.
Con su sonrisa, Louis nos está pidiendo mirar más cerca, y al igual que su música nos invita a escuchar más profundo. Este hombre, que celebró su cumpleaños el día en que en Estados Unidos celebran su independencia, sentía un profundo amor y conexión con esa América.
Sin embargo, se encontraba en uno de los extremos de la historia de la discriminación y la deshumanización de los Estados Unidos. A través de su arte, Armstrong invita a bailar, gritar, reír, llorar y llenarnos de esperanza. Pero eso sí, detrás de su sonrisa, Louis Armstrong está desafiando a Norteamérica.
“¿Cómo va a terminar? No tengo un amigo. / Mi único pecado está en mi piel”.
En 1965, en una presentación que ofreció en Berlín, y que quedó registrada en video, Louis sonríe mientras está cantando, pero su sonrisa es una acusación.
De hecho, al cantar esa parte que reza “How will it end?” es evidente que intenta despertar alguna conciencia para que la grandeza de la que hablan en Norteamérica se haga presente, pero es tal su desesperanza que sólo ve cómo se refuerzan las desigualdades estructurales que hacen de los Estados Unidos una desgracia.
A pesar de todos los abusos y las amenazas que recibía, a pesar de las humillaciones de las que fue víctima por ser un hombre de raza negra, un afroamericano, Louis Armstrong se negó a renunciar a su sonrisa. (FUENTE: Vanguardia)
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