CIUDAD DE MÉXICO, 12 de marzo.- El PRI quiere que la Organización de Estados Americanos (OEA) entre de lleno en la campaña electoral mexicana. El partido del presidente Enrique Peña Nieto y por el que se presenta José Antonio Meade llevó este lunes a Washington su ofensiva contra Ricardo Anaya. El aspirante de Por México al Frente, una coalición entre conservadores y progresistas, está siendo investigado por la Fiscalía mexicana por presunta corrupción en una operación inmobiliaria.
La secretaria general del PRI, Claudia Ruiz Massieu, se reunió con el máximo responsable de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, para entregarle documentación pública sobre las pesquisas de la Fiscalía que salpican al candidato del PAN y pedirle la intervención de la organización continental. Su objetivo es que Almagro difunda esa información entre los Estados miembros de la OEA y que también la tenga en cuenta el jefe de la misión de supervisión de las elecciones presidenciales del próximo julio. La OEA no ha respondido, por ahora, a esa solicitud.
“Los ciudadanos tenemos el derecho a exigir a cualquier candidato que explique los señalamientos por presuntos actos delictivos que se le imputan, que se someta a rendición de cuentas y dé explicaciones claras sobre la responsabilidad que debe tener sobre sus actos y su patrimonio”, dijo Massieu en declaraciones a la prensa en la sede de la OEA.
Justificó la maniobra como respuesta a la carta enviada la semana pasada por un grupo de senadores del PAN al representante de la organización interamericana en México al que pidieron su opinión sobre lo que describieron como una “persecución política” contra Anaya, que se sitúa en segundo lugar en las encuestas, por detrás de Andrés Manuel López Obrador (Morena) y por delante de Meade, que no ha logrado remontar en los sondeos. “Es muy grave que se pretenda manipular a la opinión pública usando y abusando de la OEA”, señaló Massieu sobre esa misiva.
En las últimas semanas, la campaña electoral mexicana ha girado alrededor de Anaya y de los ataques de sus rivales por las informaciones sobre una venta de una nave industrial, propiedad de su familia, en Querétaro, por 54 millones de pesos (2,9 millones de dólares). Según la Procuraduría General de la República (PGR), la operación se habría financiado por una red de lavado de dinero vinculada al empresario Manuel Barreiro, al que se relaciona con Anaya.
A finales de febrero, la polémica dio un viraje cuando la Fiscalía difundió un vídeo, filmado una semana antes en el vestíbulo de una oficina de la institución, en que Anaya se negó a declarar sobre el caso de supuesto lavado de dinero. Los rivales del PRI acusaron a la PGR de hacer un uso electoral de la investigación.
En su petición de intervención a la OEA, la secretaria general del PRI dijo actuar por el “interés de la ciudadanía” en el caso pese a que aún no se han presentado cargos formales contra Anaya por un presunto delito. Massieu acusó al candidato de Por México al Frente de un “enriquecimiento inexplicable”, de “construir una falsa imagen de víctima que le permita eludir su obligación de rendir cuentas” y de querer “debilitar a las instituciones democráticas”.
Pero Massieu también afrontó preguntas incómodas sobre si la actitud del PRI no puede considerarse hipócrita dados los casos de corrupción que afectan al partido y por cómo esa percepción golpea a Peña Nieto. La secretaria general respondió que Meade ha demostrado su “compromiso” con la rendición de cuentas y con ser transparente sobre sus ingresos y patrimonio. (FUENTE: El País)
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