PLAYA DEL CARMEN, Quintana Roo, 10 de febrero.- De acuerdo a la Encuesta Nacional contra las Adicciones del CIJ, la prevalencia nacional de consumo de drogas alcanza el 9.9 por ciento, mientras que Quintana Roo alcanza el 15 por ciento, muy por arriba de la media nacional, afirmó la directora general de CIJ, Carmen Fernández.
En la Encuesta de Estudiantes desde el nivel primaria, a partir del Quinto grado y hasta el Bachillerato, la Encuesta que se realizó arrojó como resultado que en Playa del Carmen, el consumo general de tabaco, alcohol y demás drogas ilegales en estudiantes de secundaria fue que el 15 por ciento de los estudiantes consume marihuana, 4.4 por ciento cocaína, 2.4 por ciento “crack” y se registra un aumento en metanfetaminas.
En lo particular, en la atención de pacientes en los Centros de Integración Juvenil se ha detectado que en Quintana Roo se consume más marihuana que alcohol, “hay más problemas por consumo de marihuana, un 95 por ciento de los pacientes consume marihuana y más de la mitad, 55 por ciento consume cocaína, 36 por ciento “crack”, mientras que las metanfetaminas van en un aumento acelerado y su consumo se coloca por arriba del 10 por ciento de todos los pacientes.
Carmen Fernández, destacó que el tema de las adicciones se encuentra ligado con la violencia familiar tanto por sus causas como por sus consecuencias, es decir, la mayoría de quienes utilizan alguna droga, sobre todo cocaína y “crack” provienen de ambientes y contextos familiares donde hubo violencia en pareja, abuso o negligencia.
Aunque los problemas de depresión son los que más llevan a consumir drogas, en el caso del consumo de cocaína, “crack” y metanfetaminas con consecuencias de conducta muy violenta, el problema no es la depresión sino la conducta antisocial, que viene de hogares donde se vivió violencia o no hubo el suficiente apego.
Eso lleva a que los adictos terminen no sintiendo culpa por lo que hacen.
Ese tipo de droga son altamente adictivas, generadoras de violencia, deshinibidoras de las conductas agresivas y sexual, lo que puede derivar en que los consumidores puedan tener conductas tan violentas que lleven a situaciones de inseguridad muy claras, por tanto, la importancia de que puedan atenderse.
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