UXUXUBI, Quintana Roo 7 de marzo del 2016
CACERIA FURTIVA
La cooperativa de Uxuxubi hará un censo de la fauna que hay en esta zona del municipio, con el propósito de conocer los recursos biológicos con que cuentan.
Para ello, comentó Miguel Pani Can, presidente de ésta, buscan establecer alianzas con asociaciones civiles y autoridades que dispongan de recursos para ejecutar el proyecto.
Y es que, luego de ser una comunidad dedicada a la cacería, como reconoció, ahora se busca aprovechar al máximo el ecoturismo.
“Uxuxubi era un campamento chiclero, y nuestra gente era recolectora, cazadora; era parte de sus usos y costumbres, pero se dieron cuenta que las actividades ecoturísticas, es mejor darles un tiro, pero fotográfico que da de comer mucho”, refirió.
La primera especie que pretenden contabilizar es la del cocodrilo moreletti, al ser este lugar su santuario y por ser una de las especies más pretendidas por los cazadores furtivos.
De hecho, Pani Can aseguró que en los últimos meses no se ha detectado a ningún cazador furtivo, luego que hace un par de años esta era uno de los principales problemas que aquejaban a esta comunidad.
Cabe comentar que recientemente las autoridades legislativas aprobaron incrementar las multas por el equivalente de 200 a 75 mil veces la unidad de medida salarial a quien incurra en cacería ilegal, como una medida de protección a la biodiversidad nacional y de combate al mercado negro de especies en peligro de extinción.
Esto, como una medida para revertir los beneficios económicos que representa la caza ilegal, ya que en el mercado negro la piel de jaguar se vende aproximadamente en 151 mil 620 pesos, en tanto que las partes de un tigre adulto, en su conjunto, pueden alcanzar un precio de 931 mil pesos.
Hay que destacar además, que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) impuso multas durante el periodo 2009-2013 que se ubicaban en los 9 mil 841.50 pesos, cantidad notoriamente menor al valor que puede llegar a alcanzar un ejemplar de jaguar en el mercado negro.
La caza furtiva, es catalogada a nivel mundial como el tercer negocio ilícito más lucrativo, después del tráfico de drogas y armas.
Además, estudios internacionales han puesto en evidencia que la cacería es la segunda causa que provoca mayor pérdida de especies, después de la destrucción del hábitat.
Miguel Pani, calificó de importante el reducir la presencia de cazadores furtivos en esta zona.
“La autoridades han respondido y nosotros también con la labor de educación, hemos señalizado, afortunadamente ha disminuido esta problemática”, dijo.
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