José María Morelos, Q. Roo. – La traducción de documentos oficiales, leyes y libros a lenguas originarias mexicanas se presenta como una política pública para dignificar a las comunidades indígenas, pero en la práctica tiene escaso impacto entre hablantes monolingües, opinó el abogado Gaspar Suárez Caamal.
El jurista explicó que la mayoría de las personas que hablan únicamente lenguas originarias, como el maya en el sur del estado, no saben leer ni escribir, por lo que no se benefician de materiales traducidos.
“Hace unos años se difundió la Constitución traducida como un gran logro, pero desgraciadamente la gente que es maya hablante al cien por ciento, en su gran mayoría no sabe leer ni escribir”, señaló.
Suárez consideró que la medida más efectiva sería alfabetizar a estos segmentos de población en su propio idioma, en lugar de enseñarles únicamente español. De esa manera, dijo, en el futuro podrían comprender de forma directa todo material impreso en su lengua originaria.
El abogado añadió que incluso personas bilingües, que leen y escriben en español, difícilmente logran una lectura fluida en textos redactados en maya. Por ello, gran parte de los materiales traducidos terminan siendo de uso académico o estudiantil, sin alcanzar de lleno a los pueblos indígenas.

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