Ecuador dividido, tras elecciones

ECUADOR, 21 de Febrero.- Son las elecciones más reñidas de los últimos años en Ecuador: el miércoles se sabrá si los candidatos favoritos —Lenín Moreno, izquierdista oficialista, y Guillermo Lasso, exbanquero conservador— van a una segunda vuelta electoral el 2 de abril. El Consejo Nacional Electoral (CNE) advirtió que, ante el apretado conteo, esperará hasta entregar los resultados finales.

El presidente del organismo, Juan Pablo Pozo, dijo que un 12,22 % de las actas todavía están pendientes de incluir en el cómputo de votos, entre ellas las que presentan “inconsistencias”.

Según el último boletín oficial, con el escrutinio al 88,77 %, el candidato del movimiento oficialista Alianza País (AP), Lenín Moreno, tiene el 39,13 % de los votos, mientras el centroderechista Guillermo Lasso, del Movimiento Creo, cuenta con el 28,31 %. Un resultado que pone en evidencia que, a pesar de los éxitos de Correa, hay una parte del país que no está conforme con su gestión.

Ya lo habían advertido los analistas: el correísmo la tendría muy difícil, a pesar de la base electoral con la que cuenta. De hecho, según los resultados, Alianza País, que en 2009 y 2013 ganó en primera vuelta, ha perdido muchos votos por cuenta de la economía y las denuncias de corrupción que ensombrecieron la campaña.

“Antes, Correa ganaba por más del 50 %, por la bonanza que había en ese momento. La gente sentía que vivía mejor, pero eso ya no es así”, dijo a la AFP el economista Alberto Acosta-Burneo. El Gobierno les achaca el problema a factores externos: la caída de los precios petroleros, la devaluación de monedas vecinas, el fortalecimiento del dólar o los costos del terremoto del pasado abril.

Los resultados muestran que Ecuador está partido en dos: una parte que se mantiene fiel a Correa y a su proyecto, y otra que se siente inconforme con su gestión. “Estos 10 años han sido una muestra para que vean el progreso del país, aunque mucha gente no quiera ver lo que tenemos ante nosotros”, señaló Nora Molina, una empleada pública de 53 años. “Antes se vivía mejor, ahora no es así. Necesitamos un cambio”, dice Carlos Sánchez, de 30 años.

Ciertamente, de acuerdo con la prensa local, el proyecto de Correa sufrió un desgaste. Esteban Nicholls, analista político y docente de la Universidad Andina Simón Bolívar, le dijo al periódico El Comercio que Correa tiene una figura imponente y carismática. “Mucha gente votó por él aunque él no haya estado en la papeleta como candidato. Sin embargo, él también genera rechazo en un segmento de la población, y eso lo capitalizó Lasso. La sombra de Correa suele tener esos efectos: mantiene el voto duro de Alianza País, pero al mismo tiempo eclipsa lo que puede añadir otro candidato con el perfil de Moreno”.

La mayor parte del país le reconoce su gran apuesta por la educación, la innovación y la infraestructura, que benefició a millones de ecuatorianos. Pero hay otro país que está resentido con un gobierno que disparó el gasto social con altos impuestos y elevado endeudamiento, y que no comulga con el estilo de Correa.

Eso sin hablar de la corrupción, un tema que salpicó a Correa y, de paso, a Moreno. El escándalo de Petroecuador, que implicó a un exministro de Correa, y el de los supuestos sobornos de la firma brasileña Odebrecht —por unos US$33,5 millones— a funcionarios ecuatorianos.

A ese país le habló Lasso, cuyo lema de campaña fue “Vamos por el cambio”. El empresario supo sacarle partido a su historia personal: trabajó desde los 15 años y llegó a ser presidente del Banco de Guayaquil aunque abandonó sus estudios universitarios de economía. Les prometió a los ecuatorianos atraer la inversión extranjera y eliminar 14 impuestos, la parte más polémica de la presidencia de Correa.

Eddy de la Guerra, analista y docente ecuatoriano, explicó a la prensa local que la figura de Lenín Moreno fue importante en el comienzo de la campaña electoral. “Se le recordaba en el país por su trabajo a favor de la discapacidad, pero poco a poco esa imagen fue mermando y el electorado lo fue asociando con un proyecto oficialista”. Ecuador seguirá en vilo hasta mañana, mientras crece la tensión entre Gobierno y oposición. Prudencia piden desde todos los frentes.(FUENTE: El Espectador)

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