El ruido: una amenaza para la salud

CIUDAD DE MÉXICO, 27 de abril.-Conciertos, discotecas, tráfico, trenes, aviones… convierten a España en el segundo país más ruidoso del mundo, por detrás de Japón, según un ranking de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En total, unos nueve millones de españoles (el 22% de la población) están expuestos a niveles de sonido que sobrepasan los 65 decibelios diarios que establece la OMS como máximo; y en Europa, unos 110 millones de ciudadanos están sometidos al tope que indica la Agencia Europea del Medioambiente. Más allá de las molestias, ¿qué problemas supone esta contaminación acústica en la salud?

El último informe presentado a finales del año pasado por el Observatorio Salud y Medio Ambiente DKV Seguros-GAES, en colaboración con la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), afirmaba que el exceso continuado de decibelios incrementa en un 6,6% la mortalidad por causas cardiovasculares en mayores de 65 años y un 4% por causas respiratorias. Son numeros los estudios experimentales y epidemiológicos que subrayan los efectos del ruido en la salud. Algunos señalan incluso que los europeos pierden hasta 1,6 millones de años de vida saludable, teniendo en cuenta las muertes prematuras y el deterioro de la calidad de vida. Además de la pérdida de audición, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, problemas psicológicos, insomnio y un desarrollo cognitivo más lento en la población infantil. Peligros de los que la OMS alerta cada año con la intención de que los distintos gobiernos desarrollen directivas para proteger la salud pública frente al ruido, que supone la segunda causa de enfermedad por motivos medioambientales.

¿Cuáles son los ruidos que más molestan? Ruido y salud OSMAN (Observatorio de Salud y Medio Ambiente de Andalucía)

El uso de reproductores de música con auriculares a volúmenes elevados, los altos índices de ruidos en los bares, el ruido del tráfico, el claxon, etc. hacen que los problemas de audición típicos de personas de 60 años se adelanten a los 40. Ante la exposición repetida de ruido elevado, expone en un estudio Luis María Gil-Carcedo, otorrinolaringólogo que trabajaba en el Hospital Río Ortega de Valladolid, “las células neurosensoriales del oído interno presentan cambios metabólicos y llegan a desaparecer cuando se encuentran sometidas a sobreestímalos acústicos”.

Y no sólo eso. El corazón es el gran afectado de la contaminación acústica. Está documentado que el exceso de ruido diario aumenta el riesgo de hipertensión, angina de pecho o infarto de miocardio. Según datos del estudio DKV-GAES, en las zonas ruidosas, por cada decibelio por encima de los 65 dB, incrementan los ingresos hospitalarios en un 5,3%, especialmente por causas cardiovasculares. Lo que ocurre con la contaminación acústica es que el organismo activa las hormonas nerviosas, provoca un aumento de la tensión arterial, la frecuencia cardiaca, la vasoconstricción y la sangre de vuelve más espesa. Los expertos también explican que provoca cambios en el sistema endocrino y nervioso que afectan al sistema circulatorio y constituyen factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Algunos trabajos señalan otro posible efecto: los infartos cerebrales, que por cada 10 dB por encima de lo recomendado podría aumentar en un 14% el riesgo de sufrir ictus en mayores de 65 años.

Como señala a EL MUNDO Francisco Javier Cervera, doctor en Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra, “desde la época de los romanos, se sabe que el ruido por la noche resulta perjudicial, y por eso prohibían el trasiego de carros a esas horas”. La OMS, de hecho, establece como máximo los 30 dB de sonido por la noche. Si el ruido “no nos deja dormir por la noche se alteran los ritmos del sueño-vigilia y la profundidad del sueño, lo que deriva en insomnio, irritabilidad, fatiga, reducción del rendimiento, dolores de cabeza…”. Afecta a la capacidad de atención, al estrés, nerviosismo y hasta puede generar estados de ánimo depresivo y dificultades en las relaciones sociales. Según encuestas de la OMS, uno de cada cinco ciudadanos de Occidente dice tener dificultades para conciliar el sueño a causa del tráfico.

En el entorno laboral, está comprobado que estar rodeados de exceso de ruido aumenta el riesgo de errores y accidentes, distrae la atención lectora, ralentiza la resolución de problemas y, especialmente en los niños, provoca trastornos del aprendizaje, la memoria y la motivación. Concretamente, un estudio estima que cada año se pierden en Europa 45.000 años de vida saludable por el deterioro cognitivo que el ruido ambiental causa en niños.

¿Cómo evitar tales efectos? A nivel individual, señalan los expertos, es mejor no abusar de los auriculares y disminuir el volumen de estos, de la televisión y de la radio. Pero realmente “son las administraciones las que deben aplicar las medidas de prevención”, afirma Francisco Javier Cervera. De hecho, cabe destacar que “España tiene una de las legislaciones más avanzadas del mundo en cuanto a la protección del ruido. El problema es aplicar la normativa”.

Por este motivo, cada año, la OMS sigue recordando los efectos que el ruido tiene en la salud pública, para que los gobiernos tomen conciencia y promuevan medidas adecuadas para crear entornos más saludables.(FUENTE: El mundo)

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