MADRID, España, 14 de abril.- La fuerza tripartita ha lanzado 103 misiles de crucero contra Siria desde vehículos militares distintos. Citando fuentes internas de Defensa, la cadena CNN ha explicado que en el ataque han participado aparatos aéreos, incluidos cazabombardeos del tipo B-1, y al menos un buque de guerra estacionado en el Mar Rojo armado con misiles Tomahawk. Francia también ha disparado desde una de sus fragatas en el Mediterráneo.
Según el Daily Telegraph, en el ataque contra contra intereses del Gobierno de Siria, que no duró más de 70 minutos, los británicos emplearon misiles Sombra de la Tormenta, de una tonelada y conocidos por su capacidad para destruir búnkeres. Cuatro cazas Tornado Gr4 de la Fuerza Aérea Británica los lanzaron contra una de las instalaciones atacadas, en la provincia central de Homs. Se sumaron cazas Rafale galos.
El General Joseph Dunford, presidente del Estado Mayor Conjunto de EEUU, ha explicado a los periodistas que los objetivos del ataque fueron tres. El primero, un centro de investigación científica a las afueras de Damasco, involucrado, aseguró, en la producción de armas químicas. El segundo, ha añadido, ha sido un almacén de armas químicas al oeste de Homs. El tercer objetivo ha sido un puesto de mando implicado en la cadena de producción y lanzamiento de armamento químico.
¿Qué daños han provocado?
Fuentes militares sirias y rusas aseguran que las vetustas baterías antiaéreas que poseen las Fuerzas Armadas Sirias, entregadas por la Unión Soviética durante la guerra fría, han interceptado 71 de los 103 misiles lanzados por los atacantes. De acuerdo con el medio Al Masdar, próximo a Damasco, el ejército sirio ha dicho que “sólo diez de más de cien misiles lanzaron golpearon sus objetivo”, sin provocar apenas daños.
En numerosos vídeos publicados en las últimas horas pueden apreciarse estelas en medio de la noche seguidas de estruendos. Con todo, en un comunicado publicado de la comandancia general castrense siria, se ha asegurado que el impacto de los misiles ha herido a tres civiles en Homs y ha destruido parte del Centro de Investigación de Barzé, en Damasco, “que incluye un centro educativo y laboratorios científicos”.
¿Qué consecuencias tendrá?
Es pronto para hacer afirmaciones contundentes. Los adventistas más pesimistas temen que este ataque introduzca la guerra de Siria en una fase aún más destructiva y de consecuencias impredecibles pero terribles, con la participación de más potencias militares en torno a un eje EEUU – Rusia. Los menos catastrofistas consideran que ha sido un ataque limitado que puede incluso forzar el fin de la guerra.
El presidente estadounidense Donald Trump ha explicado que el bombardeo de este sábado forma parte de una campaña cuyo objetivo es “establecer una disuasión fuerte contra la producción, distribución y uso de armas químicas”. Esta campaña, ha detallado, la integran instrumentos militares, económicos y diplomáticos. Los ataques seguirán hasta que el uso de armas químicas por parte del régimen finalice, ha sentenciado.
Estas afirmaciones dan a entender que Trump y aliados no pretenden seguir bombardeando si, por ejemplo, el Gobierno sirio continúa atacando a la oposición armada y a los civiles con armas convencionales. Su mención de la vía diplomática sugiere, además, que EEUU podría estar aprovechando el ataque para forzar a los socios de Asad a aceptar la salida del poder del dirigente, exigida antes por la Casa Blanca.
El mayor motivo de inquietud es la reacción de la potencia nuclear Rusia. El presidente Vladimir Putin, aliado crucial de Siria junto a Irán, ha condenado el ataque lo ha considerado una “ruptura del capítulo de Naciones Unidas y de los principios de la ley internacional”. Moscú ha llamado a “una sesión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU” para discutir el bombardeo de la madrugada del sábado. (FUENTE: El Mundo)
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