Cada persona del mundo representa a su cultura, la del lugar donde nace y crece y al mismo tiempo su cultura los representa a ellos. En otras palabras, somos nuestras creencias, nuestra forma de hablar y lo que comemos. De hecho, la alimentación forma una parte esencial de nuestra identidad, basta ver lo que los niños comen, para saber de dónde son.
En ese sentido, lo que comen los niños de los diferentes países del mundo dice mucho de cómo serán cuando sean mayores, más si su familia se apega a los ritos y tradiciones culinarias del lugar donde nacieron.