La misa funeral por el cardenal australiano George Pell, fallecido en Roma a los 81 años, fue celebrada en la basílica vaticana por el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, quien recordó que los “últimos años de su vida estuvieron marcados por una sentencia injusta y dolorosa”, en referencia a la condena por abuso de menores por la que pasó 404 días en prisión antes de ser absuelto.
“Fue una experiencia de gran sufrimiento, soportada con confianza en el juicio de Dios, dando ejemplo de cómo aceptar incluso castigos injustos con dignidad y paz interior. La fe y la oración le sirvieron de gran consuelo y apoyo en este triste asunto”, añadió el cardenal decano.
Y agregó: “para dar a conocer cuánto ayudan la fe y la oración en los momentos difíciles de la vida y también para servir de apoyo a quienes deben sufrir injustamente, publicó el diario de sus largos días en prisión“.
En la misa participaron como concelebrantes el arzobispo Georg Gaenswein, exsecretario del fallecido papa Benedicto XVI, y también el cardenal Angelo Becciu, con quien Pell mantuvo fuertes discrepancias por la gestión de las Finanzas vaticanas y que incluso acusó de estar detrás, enviando fuertes sumas de dinero, de las acusaciones contra él en Australia.
Al final de la misa, el papa Francisco presidió el rito de la Ultima Commendatio y Valedictio, pero la homilía estuvo a cargo de Re.
“El inesperado final de la vida del cardenal Georg Pell nos ha cogido a todos por sorpresa, porque hace unos días estuvo presente con nosotros para concelebrar la misa por las exequias del papa emérito Benedicto XVI en esta basílica y, a pesar de sus 81 años, parecía gozar de buena salud”, dijo el decano delos cardenales.
Ingresado en el hospital para ser operado de la cadera, sufrió complicaciones cardíacas que le condujeron a la muerte”, confirmó Re los motivos del fallecimiento del purpurado y remarcando su “carácter fuerte y decidido, caracterizado por un temperamento fuerte, que a veces podía parecer duro”.
Según Re, “hombre de Dios y hombre de Iglesia, se caracterizó por una fe profunda y una gran firmeza de doctrina, que defendió siempre sin vacilaciones y con valentía, preocupado únicamente por ser fiel a Cristo”.
Como señaló en repetidas ocasiones, le entristecía “el debilitamiento de la fe en el mundo occidental y la crisis moral de la familia”, añadió.
El papa Francisco había elogiado en varias ocasiones a Pell por su labor en la reforma económica de la Santa Sede y últimamente también habló de la “injusticia” que tuvo que sufrir.
Mientras que tras la muerte del purpurado, el portal “Settimo cielo”, gestionado por el periodista Sandro Magister, reveló que era Pell el autor de un documento firmado con el pseudónimo “Demos” (pueblo, en griego) muy crítico con Francisco y que circuló la pasada primavera entre los cardenales.
El “memorándum” se dividía en dos artículos: “El Vaticano hoy”, en que opina que “este pontificado es un desastre en muchos aspectos, una catástrofe”, y “El próximo cónclave”, que asegura que el Colegio Cardenalicio se “ha debilitado con nombramientos excéntricos”.
Detrás de su autoría, se reveló, se escondía el mismo cardenal Pell, a quien el papa argentino encomendó la reforma económica de la Santa Sede, nombrándolo prefecto de la nueva Secretaría para la Economía desde su fundación hasta que la tuvo que abandonar para afrontar el juicio en Australia.
Con información de EFE
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