Impulsa producción avícola sostenible la autonomía de mujeres rurales en la Península de Yucatán

JOSÉ MARÍA MORELOS, Quintana Roo, 17 de diciembre. – Lo que inició como una estrategia para asegurar alimento en los hogares rurales se ha convertido en un motor económico que está reconfigurando la vida de cientos de familias en la Península de Yucatán. Más de 800 granjas familiares encabezadas por mujeres están redefiniendo la economía local mediante un modelo de producción avícola sostenible que supera las metas planteadas en materia de empoderamiento y generación de ingresos.

El avance deriva del proyecto Mujeres Emprendedoras II, impulsado por HEIFER México en alianza con la Fundación Kellogg, cuyo objetivo es fortalecer el liderazgo femenino y consolidar un esquema productivo digno y ambientalmente responsable. Las participantes han encontrado en la avicultura una vía accesible para mejorar su nutrición, profesionalizar sus prácticas y construir un ingreso estable.

Uno de los logros más visibles es la consolidación de la marca colectiva Ki’ Ki’ Ba’, que agrupa a productoras de diversas localidades capacitadas para integrarse a mercados con reglas más claras y relaciones comerciales directas. Benjamín Galindo Cobá, coordinador técnico del proyecto, explicó que el impacto se refleja tanto en la calidad de la alimentación familiar como en el ingreso que generan los excedentes de producción. “Estamos en el proceso de conformarlas como cooperativa para vincularlas con mercados formales. Queremos que tengan una relación directa con los compradores, asegurando que el modelo sea sostenible cuando la ONG concluya su intervención”, señaló.

Además de la dimensión económica, el proyecto ha impulsado un modelo basado en el bienestar animal y la producción de huevo libre de jaula, una tendencia que responde a consumidores más informados y que contribuye a prácticas productivas respetuosas con el entorno. En la región, las granjas han demostrado ser una herramienta eficaz para la autonomía alimentaria y un catalizador de independencia financiera para mujeres que antes dependían de fuentes externas o inestables de ingreso.

Los coordinadores del programa coinciden en que la transformación es palpable: las familias no solo han mejorado su dieta, sino que han fortalecido su capacidad de decisión y participación comunitaria. Con ello, el proyecto está modificando de manera duradera el tejido social de las comunidades rurales de la Península de Yucatán.

Los comentarios están cerrados.