CHETUMAL, Quintana Roo, 18 de septiembre.-Para combatir la inseguridad y la violencia el gobierno de Quintana Roo avanza en una estrategia dual enfocada tanto en los efectos como en las causas del delito; ha logrado, por una parte, hacer más eficiente la reacción, inteligencia y control policial y, por otra, aplica un modelo de prevención para atender los factores de riesgo asociados a la descomposición social y la injusticia económica.
La falta de oportunidades y alternativas en desarrollo social y económico ha provocado que jóvenes, adolescentes y niños sean reclutados por la delincuencia y el crimen organizado que es el responsable del 90% de los delitos de alto impacto, entre estos los homicidios dolosos o ejecuciones del narco.
En respuesta a estos factores de riesgo por primera vez en Quintana Roo se está haciendo una política pública tomando en cuenta el contexto de violencia desbordada por grupos del narcotráfico a los que, anteriormente, se les había vendido la plaza y operaban con total impunidad.
Actualmente 9 de cada 10 homicidios dolosos en Quintana Roo están vinculados con el tráfico de drogas y aunque ese delito es del orden federal, el gobierno de Quintana Roo ha reforzado su respuesta policial para contenerlo con mejor armamento, radiocomunicación, uso de tecnología, infraestructura de vigilancia, bases de operaciones, controles de seguridad, sistemas de cámaras y centros de comando, entre otras estrategias.
Más allá de la respuesta policial, las autoridades estatales contemplan la seguridad como un proyecto común de desarrollo comunitario y social, por lo que todas sus dependencias trabajan conjuntamente en un plan de prevención para abrir y acercar espacios y oportunidades de educación, salud, productividad, activación física, cultura, arte y organización social a personas, familias y comunidades en las zonas conflictivas donde están concentrados los factores de riesgo.
“Necesitamos tener acceso a espacios públicos más adecuados, que brindemos actividades culturales, deportivas y productivas en todos los rincones y en especial en aquellos lugares donde queremos mantener a nuestros jóvenes en sano desarrollo y alejarlos del crimen, porque la violencia y la inseguridad no constituyen un fenómeno asociado únicamente al crimen organizado, detrás de ella se encuentran factores como la violencia familiar, la ocupación irregular del espacio urbano, el aprovechamiento de las áreas públicas con fines de lucro, el deterioro de los barrios, la necesidad de vivienda, la distribución desigual de los servicios públicos, la falta de infraestructura comunitaria, la especulación del suelo urbano, el transporte público ineficiente e inseguro, la informalidad económica y el crecimiento de grupos con un fuerte déficit social, emocional y afectivo”, mencionó el gobernador Carlos Joaquín.
Erradicar la violencia y el delito es, según la estrategia del gobierno de Quintana Roo, una tarea que va más allá de lo inmediato y exige transformar el entorno y las prácticas que los generan.
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