Kobe Bryant, tomó una trágica decisión

LOS ÁNGELES, EUA, 28 de enero.-Un inusual cielo nublado fue el escenario que resultó en nueve muertes. Según investigaciones de la Administración Federal de Aviación y de la Junta Nacional de Seguridad en Transporte, el ex basquetbolista Kobe Bryant y ocho acompañantes murieron por la visibilidad limitada que causó la bruma en California.

La del domingo 26 de enero fue una mañana nublada, como no hubo otra en toda la semana, y pese a las adversas condiciones en el cielo, decidieron seguir adelante con el viaje: salir del aeropuerto John Wayne en Orange County, a las 9:06 horas (tiempo local), con el plan de aterrizar en San Fernando Valley.

La niebla estaba clasificada en un rango de tan alto riesgo, que hasta la policía local decidió aparcar sus aeronaves como medida preventiva; una resolución que no contempló el piloto Ara Zobayan, ni el propio Kobe, que frecuentemente hacía este recorrido en helicóptero para evitar el tráfico, pues contaban con una autorización especial para volar VFR (Special Visual Flight Rules).

Pero una vez en el cielo, ante la casi nula visibilidad, Zobayan decidió trasladarse a casi 300 metros de altura para guiarse por la carretera que conectaba a ambas poblaciones; luego, sobrevoló en círculos cerca de Glendale, al este de la Carretera Interestatal 5, justo por un denso banco de niebla, y esperaron cerca de 10 minutos para tener autorización de aterrizar en el aeropuerto de Burbank, donde la bruma también afectaba la pista.

Zobayan, quien frecuentemente llevaba a Kobe en este recorrido, se comunicó con la torre de control para preguntar si podría girar al suroeste y cruzar por el valle de Calabasas, y aunque lo aprobaron, también lo interrogaron si tenía las condiciones aptas de visibilidad, a lo que respondió:

Condiciones de visibilidad 1500”; así, pidieron que se comunicara a control, donde al instante se percataron de que el piloto no los escuchaba y dedujeron que fue a causa de la baja altitud, y aunque intentaron contactarlo, Zobayan ya no respondió.

Sin embargo, en la torre de control sospecharon que en el último momento que contactaron a Zobayan, mostró que no tenía asistencia tecnológica para orientarse y que volaba sólo con lo que su mirada percibía.

Jerry Kocharian, de 62 años, tomaba un café cuando vio pasar un helicóptero a baja altura y después escuchó el estruendo. Sólo una explosión cercana que le hizo llamar al 911 a pedir auxilio. Fue el primero en alertar sobre la muerte de la leyenda, de su hija, y las amigas de la pequeña Gigi; una de ellas viajaba con sus padres y otra con su mamá y una entrenadora.

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