Por qué debes saber esto
Los misteriosos mitos de la Isla de las Muñecas de Xochimilco forman parte de las tradiciones de la CDMX.
Xochimilco no se parece a nada, su flora, fauna y chinampas lo demuestran, también sus leyendas y pasajes tétricos. Un ejemplo de esto lo podemos ver entre sus canales donde se ubica la famosa Isla de las Muñecas; un rincón tétrico que desde hace años ha llamado la atención de los visitantes, por ser uno de esos lugares inexplicables que aparentemente existe sin ninguna razón.
La Isla de las Muñecas cuenta con una extraña decoración hecha a base de muñecas que ya perdieron su ternura y su belleza. Muchas cuelgan de los árboles, de alambres, del techo y las paredes de chozas que hay ahí.
Aquí viven toda clase de muñecas viejas, sucias, sin cabello y sin algunas de las partes de su cuerpo. Hay también maniquíes y peluches que podrían ser parte de un mal sueño, surreal y ciertamente triste.
El sitio, conocido también como un santuario de muñecas, tuvo su origen en la década de los años 50 gracias a las excentricidades de Don Julián Santana Barrera, el ermitaño dueño de la isla que se fue a vivir ahí a causa de una decepción amorosa. Se dice que en esta isla no florecen las flores, sino las muñecas.
Don Julián Santana, dueño y guardián de la isla
Don Julián Santana era originario del barrio de la Asunción Colhuacatzinco, en Xochimilco. Tuvo la reputación de ser muy retraído. Se encargaba de cultivar sus propias hortalizas y se le veía por los barrios de Xochimilco para ir a vender sus productos al mercado local con su carretilla.
Le gustaba ir a la pulquería “Los Cuates” y que ahí no hablaba con nadie. Después se dedicaba a pregonar la palabra de Jesús por los barrios locales, y se ponía a rezar y a predicar en las esquinas. Pero en aquellos tiempos hablar de Dios sin autoridad sacerdotal representaba una blasfemia y hasta llegó a ser agredido por los pobladores de Xochimilco.
Las leyendas sobre el origen de la Isla de las Muñecas
Una de las versiones del porqué don Julián comenzó a colgar muñecas cuenta que a él lo empezó a atormentar el espíritu de una niña que llegaba a su chinampa porque supuestamente había naufragado por ahí algún tiempo atrás y él la oía gritar diciendo: “¡Quiero mi muñeca!”.
Don Julián encontró una muñeca donde supuestamente quedó el cuerpo de la niña y la colgó de un árbol como ofrenda para dejar de ser atormentado.
Otra de las versiones cuenta que el mismo don Julián encontró el cuerpo de una niña ahogada en la orilla de la laguna de Teshuilo, donde está la chinampa, y quiso salvarle la vida, pero no lo consiguió. El espíritu de la niña llegaba a su casa para quitarle el sueño con sus llantos y quejidos. Al colgar muñecas por el lugar, el alma en pena se apaciguaba.
También se dice que la niña ahogada era hija de Julián y que colgaba las muñecas para darle paz a su espíritu, aunque esta versión fue desmentida por su sobrino Anastasio, conocido también como “el Chope”, quien se encargó de cuidar a don Julián hasta su muerte a los 80 años de edad.
La isla se hizo famosa
A finales de los años 80, con el rescate ecológico de Xochimilco, la isla de don Julián y sus muñecas empezó a cobrar popularidad. Los curiosos y los visitantes empezaron a frecuentarla y la colección de muñecas del ermitaño —las que encontraba mientras pescaba en los canales de Xochimilco y Cuemanco y las que recogía de la basura—, se incrementó con la donación de muñecas viejas que le dejaba la gente.
Según él, las muñecas ayudaban a las cosechas, además de ahuyentar a los malos espíritus. Hasta llegó a decir que las muñecas se le aparecían para acompañarlo por las noches cuando estaba solo.
Don Julián fue muy entrevistado y su Isla de las Muñecas poco a poco se volvió un punto llamativo para el turismo. A su muerte en 2001, su sobrino Anastasio se quedó a vivir en el lugar para cuidar del muñequerío y el número de visitantes incrementó. Anastasio falleció en 2019 y actualmente los familiares de don Julián cuidan y administran la isla.
Muñecas embrujadas y milagrosas
¿Sería que don Julián Santana tenía poderes de clarividencia y de verdad necesitaba colocar ofrendas para ahuyentar a los malos espíritus? Según él, las muñecas le servían “para espantar al espanto”, aunque dicen los lugareños que las muñecas están embrujadas y hasta cobran vida por la noche, también que se mueven si se les mira fijamente y se llegan a oír sus voces de vez en cuando. Don Julián llegó a decir que sus muñecas estaban poseídas por espíritus infantiles.
Según su sobrino Anastasio, la muñeca favorita de don Julián era “La Moneca” o “Agustinita”, la que encontró un 28 de agosto, día de San Agustín. Tiene su propio altar y los visitantes le dejan regalos y dinero para que les conceda favores, porque supuestamente posee un poder sobrenatural.
También se puede ver a la primer muñeca que don Julián llevó al lugar —o lo que queda de ella— y otra que representa a la niña ahogada, también considerada como milagrosa.
La sirena de la laguna
La muerte de don Julián se dio de forma misteriosa. Él también decía que había una sirena en los canales que lo llamaba para que se fuera con ella. El 17 de abril de 2001, él pescaba con su sobrino Anastasio y le habló sobre el llamado de la sirena. Anastasio lo dejó solo y cuando regresó, encontró a don Julián en el agua, muerto por un infarto fulminante. La sirena se lo había llevado con ella.
Las muñecas de la isla
Don Julián llegó a tener hasta 600 muñecas. Hoy el número de muñecas de la isla alcanza hasta las 2,500 y sólo se puede llegar a ella en trajinera o en lancha. Puedes llevar una muñeca como ofrenda para la buena suerte, pero si te llevas una, estarás rodeado de malos augurios. Es uno de los lugares favoritos de los visitantes de Xochimilco y ya es reconocido a nivel mundial. Recibe todos los días a turistas locales e internacionales.
Hay imitaciones de la Isla de las Muñecas cerca de ahí y hasta dicen que en ellas se hacen rituales oscuros y de brujería que hasta implican sacrificios humanos, pero la isla original es un lugar supuestamente benigno que sirve para ahuyentar a los malos espíritus, por más macabro que parezca. No pueden faltar las excursiones de trajineras en Día de Muertos y se puede acampar en la isla al pagar una cuota.
¿Cómo llegar?
La Isla de las Muñecas se considera como uno de los lugares favoritos de la CDMX para el “turismo negro”, que consiste en visitar lugares verdaderamente escabrosos como el Palacio Negro de Lecumberri, la Casa de la Tía Toña o la Plaza de las Tres Culturas.
Para llegar a ella se puede tomar una trajinera en el embarcadero de Cuemanco. La entrada por persona a la isla es de 70 pesos y el precio de la trajinera varía alrededor de los dos mil pesos para el viaje de una o hasta 18 personas. El viaje por el canal es de una hora y media. Si quieres una experiencia fuera de género, visita esta chinampa legendaria.
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Vía Sopitas.com