Muere otro buzo por descompresión en Chiquilá; exigen cámara hiperbárica y regulación efectiva en zonas de pesca
KANTUNILKIN, Quintana Roo, 05 de junio. – La muerte reciente de un buzo por síndrome de descompresión en el muelle de Chiquilá volvió a evidenciar la urgente necesidad de contar con una cámara hiperbárica en esta comunidad o en la vecina isla de Holbox. Así lo denunció Alberto Pérez Villatoro, habitante del puerto, quien lamentó que la lejanía de los centros médicos especializados siga cobrando vidas entre los pescadores de la región.
“Es indispensable que se tenga una cámara hiperbárica aquí o en Holbox. Mientras no exista, seguiremos viendo muertes que se pudieron evitar. La distancia hace imposible salvar al buzo cuando más lo necesita”, enfatizó.

El síndrome de descompresión ocurre cuando un buzo asciende a la superficie sin permitir que su cuerpo elimine correctamente los gases acumulados por la presión. La única forma efectiva de revertir este daño es mediante atención inmediata en una cámara hiperbárica, tecnología que no existe actualmente en esta parte del estado.
Sin embargo, más allá de la infraestructura médica, Pérez Villatoro subrayó que el problema es más profundo: la falta de regulación efectiva sobre las actividades pesqueras, la presión económica sobre los pescadores y la ausencia de sanciones reales para quienes explotan esta actividad sin cumplir las normas mínimas de seguridad.
“Sí, hace falta una cámara hiperbárica, pero también hay que preguntarse por qué el pescador se arriesga tanto. El pescador vive al día. Alguien le da gasolina, alguien le presta para los alimentos, alguien ya le compró el producto. Y así se ve obligado a salir al mar, muchas veces sin las condiciones adecuadas para su seguridad”, explicó.
La situación evidencia una cadena de responsabilidad que no ha sido atendida con seriedad por parte de las autoridades. Según habitantes de la zona, es urgente controlar de manera efectiva las zonas de pesca, identificar a quienes operan al margen de la ley, y establecer mecanismos de protección social para los pescadores, quienes en muchos casos terminan pagando con su vida las carencias del sistema.
“Necesitamos no solo salvar vidas en el momento crítico, sino evitar que el pescador tenga que arriesgarse así. Esto no es un accidente aislado, es un patrón que se repite”, concluyó Pérez Villatoro.
Hasta el momento, no se ha emitido respuesta oficial por parte de las autoridades estatales o federales ante esta nueva tragedia, pero la comunidad insiste en que cada muerte por descompresión es una advertencia ignorada.

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