CIUDAD DE MÉXICO, 5 de noviembre.- Al lado de su esposo, John Lilly (1937-2007), asumió la misión de filmar a los pueblos indígenas para preservar sus formas de vida y tradiciones ancestrales. Fueron entusiastas observadores, principalmente de la cultura wixárika. La pareja forjó una amplia labor antropológica. Incluso, fueron colaboradores del periodista y escritor Fernando Benítez.
Colette Courtot nació en Grenoble, Francia, en 1937. Su padre fue fusilado por la Gestapo en 1944. Al terminar la Segunda Guerra Mundial se asentó con su madre en Washington, donde estudió literatura inglesa en la Universidad Americana.
La joven bibliotecaria visitó México por primera vez en 1959, en un viaje de vacaciones que la hizo soñar con regresar. En 1965 conoció al cineasta estadunidense John Lilly y ese mismo año emigraron a México con la finalidad de desarrollar una estancia en la sierra mazateca.
Luego, en 1968, se trasladaron a una comunidad huichola del sur de Jalisco y en 1987 se avecindaron en Zacatecas. Durante largos periodos cada año compartieron su vida en la sierra, al lado de los huicholes de Santa Catarina Cuexcomatitlán.
La pareja documentó las peregrinaciones de la ruta sagrada wirikuta, las fiestas ceremoniales y otros aspectos del grupo indígena, con el que mantuvieron estrecha relación y brindaron apoyo en la lucha por la defensa de su territorio. En 1993 abrieron en Zacatecas un albergue para recibir a los indígenas que acudían a la ciudad por diversos motivos, como atención médica, venta de artesanías o simplemente de paso. Ese hogar cerró en 2003.
Naturaleza de la imagen
Actualmente en el Centro de la Imagen, en la Plaza de la Ciudadela, se presenta la exposición Niérika: archivo Lilly, donde el mundo icónico huichol es explorado mediante la mirada antropológica.
Esa muestra surgió del acervo del Archivo Lilly, situado en Zacatecas, que reúne fotografías, filmaciones y otros documentos generados por el matrimonio Lilly durante sus estancias entre los grupos mazatecos y huicholes entre 1965 y 1986.
Niérika es un concepto clave en el arte huichol. La palabra es utilizada para nombrar las visiones surgidas en el uso ritual del peyote y para denominar pinturas, retratos, dibujos e imágenes técnicas, como fotografías y películas. Uno de los objetivos de la muestra es provocar una reflexión sobre la naturaleza de la imagen.
La apertura de un fragmento del Archivo Lilly forma parte de un tesoro, en gran medida inédito, que ofrece una visión sobre esta cultura originaria de México. La exposición, montada en ese recinto ubicado en la Plaza de la Ciudadela, Centro Histórico, concluirá el 27 de marzo de 2017.
Anahí Luna, una de las curadoras, con motivo de la apertura de la muestra opinó que la pareja de extranjeros constituye un caso especial y enigmático, pues no fueron unos viajeros cualesquiera, sino que entraron y profundizaron con respeto y conocimiento en esas culturas originarias.
Presente en la inauguración de Niérika: archivo Lilly el pasado 20 de octubre, Colette Lilly celebró que parte del acervo reunido junto con su esposo se haya rescatado y fuera presentado al público.
Entre su labor, resalta la investigación etnobotánica que Colette realizó sobre plantas sagradas y medicinales de los huicholes, e identificó por primera vez el quieri, planta sicotrópica, venerada y temida en la tierra wirikuta.
La muestra fotográfica Imágenes del mundo huichol abrió en el año 2000 en el Museo Zacatecano. En principio por tres meses, pero luego los dos antropólogos facilitaron que la exhibición se hiciera permanente hasta 2010, cuando el recinto cambió su sede y donde actualmente permanece una sala dedicada al arte huichol.
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) resguarda la colección digital de John y Colette Lilly, archivo fílmico abierto a investigadores, estudiantes e interesados en los temas indígenas. También, en 2001 Colette donó parte del archivo a la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Humberto Fernández Borja, quien junto con Colette fundó la asociación civil Conservación Humana para salvaguardar el patrimonio, informó que están a la espera de la apertura del testamento para conocer qué sucederá con el valioso archivo que formó el matrimonio Lilly.
De acuerdo con la voluntad de la antropóloga, no hubo servicio funerario y su cuerpo fue cremado. Un colibrí en ascenso, en colorido escudo wixárika, despidió a Colette Lilly en un mensaje del Museo Zacatecano, con el que colaboró de manera constante durante 16 años. (FUENTE: La Jornada)
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