CIUDAD DE MÉXICO, 4 de Julio.- La actual renegociación del tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE) representa oportunidades y retos que, de no ser bien enfrentados por México, podrían terminar sólo como una “aspirina” para el problema que padece el país por los embates hacia el TLCAN.
Con el ascenso de Donald Trump al poder, México comenzó a ver atacado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), instrumento con el que ha dirigido la mayoría de sus exportaciones a Estado Unidos.
El gobierno mexicano anunció meses atrás que buscaría diversificar su comercio, a fin de superar la dependencia comercial que tiene con su vecino del norte.
En este marco, las autoridades han visto una oportunidad para caminar a esa diversificación en la actualización del Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México (TLCUEM), proceso que comenzó el año pasado, luego de 16 años en funcionamiento.
En ese tiempo, el comercio de México con la UE se triplicó, al pasar de 18,505 millones de dólares a 61,681 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.
No obstante, esa cifra palidece al considerar el intercambio comercial que México alcanza con sus socios de América del Norte de 502, 295,7 millones de dólares, de los cuales 482,237.2 millones son exclusivamente con Estados Unidos.
La relación del país con el grupo europeo es muy distinta a la que mantiene con Estados Unidos y Canadá, y mejorar la dinámica depende de la superación de múltiples retos; de lo contrario, la actualización del TLCUEM sólo ayudará a México momentáneamente.
“Lo vería como una aspirina, te va a quitar el dolor de cabeza un rato, pero terminas yendo al neurólogo para que te dé un tratamiento más largo”, advirtió en entrevista Iliana Rodríguez Santibañez, directora del departamento de Derecho y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México.
Los temas importantes
Entre los sectores más importantes que actualmente se renegocian con la UE, de acuerdo con Jaime Zabludovsky, presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, están el agrícola, servicios e inversión, energía, telecomunicaciones, propiedad intelectual y comercio electrónico.
Específicamente, el rubro de los alimentos es uno de los de mayor cuidado en las conversaciones, pues la UE destina subvenciones a su campo y para México le resultaría difícil competir.
“La Unión Europea tiene muy fuerte el segmento agrícola, pero también mantienen varias subvenciones que hacen competitivo su producto, pero dejan en desventaja al resto de los estados, incluso podríamos hablar, en algunos segmentos, de competencia desleal”, indicó la académica Rodríguez Santibañez.
En abril, durante la última ronda de conversaciones hasta el momento, las delegaciones plantearon sus demandas. Por un lado, la UE solicitó una mayor apertura para sus exportaciones de lácteos, vinos y embutidos.
En respuesta, México pidió un mejor acceso para sus exportaciones de lomos de atún, trigo, espárragos, plátanos, cortes de carne y miel, informó en su momento Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.
A su vez, el Consejo Nacional Agropecuario, reportó que se negocian 385 fracciones arancelarias del sector agroalimentario, las cuales conforman una canasta. El 86% de ésta podría tener una desgravación de forma inmediata en algunos casos y gradual –3, 5 y 7 años–.
El 14% adicional de las fracciones quedarían en una categoría de “sensibles”, con un trato especial.
De forma oficial, estos son los aspectos que son parte de la renegociación del TLCUEM:
- Acceso a mercados de bienes
- Reglas de origen (principalmente en sectores automotriz, textil y de maquinaria)
- Facilitación del comercio
- Competencia
- Medidas sanitarias y fitosanitarias
- Propiedad intelectual y combate a la piratería
- Contratación pública
- Comercio de servicios (incluidas telecomunicaciones y comercio electrónico)
- Inversión
- Mejora regulatoria
- Desarrollo sustentable
- Energía
- Materias primas
- Cooperación sobre pequeñas y medianas empresas
- Mejoras en el proceso de diferencias comerciales
Luego ya de tres reuniones de las delegaciones negociadoras, están pactadas las siguientes tres conversaciones con las que se espera que termine el proceso: del 26 al 30 de junio en la Ciudad de México, del 25 al 29 de septiembre en Bruselas, Bélgica, y del 27 de noviembre al 1 de diciembre en la capital mexicana otra vez.
Tras ello, el gobierno mexicano prevé enviar el nuevo texto del TLCUEM al Senado de la República para que proceda a su ratificación durante el primer periodo de sesiones de 2018.
Avances comerciales
De acuerdo con Jaime Zabludovsky, quien desde su cargo de Embajador de México ante la Unión Europea fue el Jefe Negociador del TLCUEM original, considera que actualmente hay voluntad de ambas partes para modernizar el acuerdo en ámbitos en los que ni México ni los países europeos estaban listos hace 17 años.
“En los últimos años, a partir de la entrada en vigor del Tratado, una de las relaciones más dinámicas de México tanto en importación como exportación, ha sido Europa y además con un cambio muy importante en la composición de nuestras exportaciones”, expresó en entrevista el hoy consultor en comercio internacional.
“Hace 20 o 25 años, le exportábamos básicamente puros commodities y petróleo y hoy le exportamos muchos productos manufactureros”.
Zabludovsky destacó las inversiones mexicanas que han arribado a Europa con empresas como Bimbo, Sigma, Gruma, Mexichem y la autopartista Nemak.
Aunado a esto, añadió que un aliciente más es que cuando comenzó el TLCUEM dio acceso a 15 países, mientras que actualmente ya se incluyen 28 países gracias al crecimiento de la UE.
Pese a ello, México aún debe superar retos como altos costos de traslado de mercancías y los mayores requerimientos debido a las medidas que la UE demanda para la protección ambiental, lo que incrementa el precio de un embalaje biodegradable, por mencionar una consecuencia, señaló la profesora Rodríguez Santibañez.
Otro factor a considerar es el empalme de actividades económicas que el país podría enfrentar; por ejemplo, México se ha destacado por ser productor de autopartes, pero en Europa, Polonia tiene una buena posición en ese sector.
“Tenemos una situación de competitividad al interior que si no se empieza a corregir, para el TLCUEM no somos tan atractivos porque no tenemos el grado que integración que sí tenemos con Estados Unidos y Canadá”, sentenció la académica del Tecnológico de Monterrey.
No obstante, si se logran superar los retos, agregó, el tratado comercial con la UE puede convertirse en un destino importante de exportación para México.
“En discurso político, la Unión Europea es una aspirina, que nos quita a todos esta intranquilidad (por la incertidumbre con el TLCAN), pero a largo plazo sí es una reto y es una buena decisión mirar hacia Europa”, sostuvo Rodríguez Santibañez.
“Hay que sí lograr la modificación del TLCUEM para catapultar esa relación y que nos sirva no como una tabla de salvación, sino como un nicho real de exportación”, agregó. (FUENTE: Forbes)
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