PLAYA DEL CARMEN, quintana roo, 10 de noviembre. – El incremento en el costo de los refrescos podría tener repercusiones directas en los hábitos de consumo de la población y en el precio de los productos básicos durante el próximo año, luego de que cadenas comerciales comenzaron a aplicar aumentos de hasta dos pesos por envase como parte de una medida fiscal que busca desincentivar el consumo de bebidas azucaradas.
Sin embargo, diversos sectores económicos advierten que esta acción podría tener un efecto contrario, impactando sobre todo a las familias de bajos recursos que incluyen estas bebidas en su dieta cotidiana.
De acuerdo con César Navarro Medina, consejero de la Canirac, el incremento al impuesto sobre los refrescos no ha generado los resultados esperados en anteriores ocasiones. “En lugar de reducir el consumo, ha provocado un alza sostenida en los precios sin generar cambios significativos en los hábitos alimenticios”, señaló.
El empresario explicó que gran parte de la población trabajadora, especialmente quienes se desempeñan en la construcción, obtiene su energía diaria de alimentos y bebidas de bajo costo, entre ellos las tortillas, el refresco y en menor medida las proteínas. Por ello, consideró que las soluciones deberían enfocarse en programas de prevención y educación nutricional desde las escuelas, más que en sanciones económicas al consumidor.
Navarro Medina advirtió que este ajuste fiscal podría traducirse en un aumento generalizado de precios para 2026, impactando principalmente la canasta básica, los servicios de alimentos y la industria restaurantera. Aunque la inflación oficial ronda el 3 por ciento anual, recordó que productos como la carne y otros insumos han duplicado su costo en el último año, lo que genera presión sobre los márgenes de los pequeños negocios.
En este contexto, indicó que los empresarios deberán aplicar incrementos moderados para no descapitalizar sus negocios, lo que podría convertir el próximo año en un periodo económicamente complicado, marcado por la incertidumbre y la presión inflacionaria.
Finalmente, destacó que la medida afecta especialmente a empresas mexicanas tradicionales como Refrescos Pascual, que enfrentan una caída significativa en su producción desde la primera aplicación del impuesto. “Esa compañía, que utiliza azúcar en lugar de fructosa, ha perdido hasta el 50 por ciento de su producción; ahora los aumentos podrían alcanzar hasta cuatro pesos por envase, provocando una nueva escalada de precios en todo el mercado de bebidas y alimentos”, puntualizó.

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