Proponen instalar parques fotovoltaicos en sascaberas y zonas de captación de agua para evitar invasiones y desmonte

PLAYA DEL CARMEN, Quintana Roo, 25 de julio. – Con el objetivo de reducir el déficit energético en el estado sin comprometer áreas naturales, el director del Instituto para el Desarrollo y Financiamiento de Quintana Roo, Ari Adler Brotman, propuso aprovechar zonas ya impactadas, como sascaberas y áreas de captación de pozos de agua potable, para el desarrollo de proyectos fotovoltaicos.

El funcionario subrayó que, aunque el problema del suministro de energía es competencia federal, el gobierno estatal no esperará a que la Federación lo resuelva. “Hay un gran interés de grupos particulares por invertir en energía en Quintana Roo, y estamos buscando las mejores opciones para que el Estado no solo sea facilitador, sino también participe y reciba beneficios económicos que se traduzcan en mejoras sociales”, señaló.

Entre los avances más destacados, mencionó que ya se trabaja en un proyecto de autovoltaje en el norte del estado, así como en pequeños desarrollos fotovoltaicos en el sur. También se analizan dos posibles plantas de ciclo combinado, una en Playa del Carmen y otra en el sur del estado, siendo esta última una prioridad, aunque depende de la autorización de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE).

Adler Brotman indicó que se busca evitar el desmonte de grandes superficies mediante el uso de terrenos sin vocación de desarrollo, como sascaberas existentes y zonas de captación de agua. Además, mencionó que estas áreas, al recibir inversión federal, quedarían bajo vigilancia permanente, lo que ayudaría a prevenir invasiones y desarrollos irregulares.

“Al ocupar estas zonas con proyectos energéticos, no solo protegemos el entorno, sino también lo que está debajo de él: el agua, nuestro patrimonio más importante para las futuras generaciones”, expresó.

Finalmente, apuntó que también se evalúa utilizar las superficies ya impactadas por el desarrollo del Tren Maya para instalar infraestructura de generación eléctrica, evitando así afectar nuevos ecosistemas.