Semarnat autorizó construcción de un cuarto muelle de cruceros en Cozumel; Alistan protestas ciudadanas

CANCÚN, Quintana Roo, 17 de diciembre. –   Pese a la oposición de la comunidad de buceadores especializados, de organizaciones civiles y fundaciones como la Ocean Futures Society, creada por Jean Michael Cousteau y de una múltiple diversidad de observaciones técnicas contrarias al proyecto, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó la construcción y operación por 30 años, de un cuarto muelle de cruceros en Cozumel, lo cual ocasionó las primeras protestas en la isla.

La primera acción para inconformarse por la aprobación del proyecto, que pasará sobre una zona conocida como Arrecife Villablanca, enlistada en los sitios de visitación de las y los turistas, fue realizada ayer por integrantes de Coral Hero, una organización socioambiental que trabaja en varias Áreas Naturales Protegidas (ANPs) del Caribe Mexicano y promueve la participación comunitaria en proyectos de conservación.

La protesta consistió en una inmersión, durante la cual dos buzos desplegaron una manta con la leyenda: “Si el desarrollo amenaza la vida, no es desarrollo”. Se prepara además una manifestación pacífica el próximo domingo, informó Miriam Moreno, de la agrupación.

La resolución favorable a la empresa Muelles del Caribe, ocurrió el pasado siete de diciembre, mediante el oficio SGPA/ DGIRA/ DG-05859-21, respecto al proyecto “Muelle Cozumel, Terminal de Crucero”, sometido al Procedimiento de Evaluación del Impacto Ambiental (PEIA) desde el 15 de octubre de 2020.

La compañía pertenece a la familia Molina Casares y fue constituida el ocho de abril del 2005, en Mérida, Yucatán, con el objetivo de diseñar, construir, mantener, explotar, conservar, opera, administrar y llevar a cabo cualquier actividad vinculada con muelles, atracaderos, terminales terrestres de cruceros, de pasajeros, carga y descarga, de acuerdo con el Registro Público de Comercio.

También incursiona en la construcción y operación de centros comerciales y servicios de hotelería.

En Cozumel, esta familia opera la Terminal de Cruceros de Punta Langosta, la naviera Winjet, que brinda el cruce marítimo de Playa del Carmen hacia la isla y el ferry Transcaribe.

El proyecto para el cuarto muelle de cruceros, autorizado con 12 condicionantes de cumplimiento obligado, fue sometido a consulta pública del 8 de abril al 6 de mayo, recibiendo 243 observaciones vía electrónica, entre los cuales, se advierte que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) “no sustenta” la viabilidad del proyecto con información real, pues su contenido “es engañoso”.

Entre esos mismos comentarios se alertó que el proyecto “afecta directamente áreas de crianza y restauración de arrecifes de coral efectuadas por organizaciones civiles; que el muelle está “mal ubicado”; y que se ocultó la existencia de 35 especies de coral, de las 47 existentes en Cozumel, entre otros más, que coinciden en que contar con un cuarto muelle de cruceros “no es necesario”.

“La MIA no presenta información real sobre las formaciones coralinas en el área, al día de hoy los conjuntos de coral han crecido gracias al cuidado de organizaciones científicas voluntarias en el área. La construcción de este proyecto tiraría por tierra el trabajo de más de cinco años para poblar esta zona de arrecife”, se lee en una de las observaciones contenidas en el resolutivo de 170 páginas, consultado por EstamosAquí.mx.

Independientemente de las observaciones vertidas durante la fase de consulta pública, la Semarnat solicitó las opiniones técnicas de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), a la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS) y al Instituto de Ingeniería de la UNAM (IING-UNAM).

También de la Dirección General de Zona Federal Marítimo Terrestre y Ambientes Costeros (Zofematac), a la Dirección General de Política Ambiental e Integración Regional y Sectorial (DGPAIRS), a la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente del estado (SEMA) y del ayuntamiento de Cozumel. Sin embargo, su contenido no fue puesto a disposición pública como parte del resolutivo.

El proyecto autorizado consiste en la construcción y operación de un muelle y un edificio de dos niveles en 1.1 hectáreas como terminal de cruceros unidos mediante un puente peatonal en 95 metros cuadrados, soportado por columnas, cimentado por pilotes de concreto hincado a roca, que cruzará la avenida Rafael E. Melgar, localizado tanto en la zona terrestre, como en la zona marina y en la Zofemat, ocupando una superficie total de 2.354 hectáreas en la costa noroeste del municipio de Cozumel.

El muelle en forma de “L”, con una longitud de 800 metros y un ancho de 14 metros con una superficie de 1.16 hectáreas, soportado por 774 pilotes de acero y losas de concreto prefabricada, permitirá el atraque de buques y cruceros con una eslora de 362 metros, manga de 66 metros y calado de 9.32 metros, que lleguen a la zona y posibilitará el abordaje y desembarco de turistas.

Para la terminal se debe obtener el cambio de uso del suelo en terrenos forestales en una superficie de 1.1 hectáreas de vegetación secundaria de selva media, removiendo 5 mil 248 ejemplares forestales.

“La presente resolución se emite únicamente en materia de impacto ambiental” –se aclara en el considerando cuarto del resolutivo– “además se requiere el cambio de uso de 1.1 hectáreas de vegetación secundaria de selva mediana subperennifolia”.

Lo anterior significa que la empresa debe tramitar el cambio de uso de suelo en terrenos forestales ante la delegación de la Semarnat, en Quintana Roo, además de obtener las concesiones para las obras en la Zofemat.

En términos muy generales, que sintetizan el análisis y fundamentación hecha por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), encargada de la evaluación de las obras, “no se prevé que los impactos ambientales que fueron identificados para el proyecto, puedan causar desequilibrios ecológicos o rebasar los límites y condiciones establecidas en las disposiciones jurídicas, referentes a la preservación del equilibrio ecológico y la protección al ambiente”.

Aunado a ello, la empresa ejecutará medidas de prevención, mitigación y compensación, enlistados en el considerando 9 del propio resolutivo, que permitirán reducir los impactos ambientales que ocasionará el desarrollo del proyecto, indicó la DGIRA.

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