CIUDAD DE MÉXICO, 12 de septiembre.- Siemens y su apuesta por el desarrollo de software ha ido cada vez más lejos. Hoy posee un programa que ha permitido diseñar el primer corazón artificial hecho en México. La nueva versión de su programa Solid Edge ST9 está orientada a pequeñas y medianas empresas (Pymes), de las cuales destaca la mexicana Vitalmex, firma detrás de la creación del órgano.
Por la necesidad de diseño y el nivel de las compañías de equipo médico con las que compite Vitalmex, la precisión que requiere de esos productos es enorme.
“Un auto se llama a revisión y eso es todo. Un problema en el diseño del corazón artificial mata al paciente. Este software les permite simular el proceso de bombeo de sangre”, cuenta a Forbes México, Juan Manuel Kuri, vicepresidente y country manager de Siemens PLM en la región Mesoamérica, su división de software.
Incluso su plataforma ha servido como espacio para objetos pensados para otros mundos. Curiosity, la misión espacial protagonizada por el vehículo del mismo nombre, encargado de explorar en el planeta Marte, y dirigida por la Administración Nacional Aeronáutica y del Espacio, mejor conocida como NASA, es otro ejemplo de las posibilidades.
El directivo dice que este software es más ligero, más allá de las características, con capacidad de uso en un teléfono inteligente, pero su adopción se subordina al cierre de la brecha digital en México. “Tiene que ver con la masa laboral. Existen más personas millennials con esa adopción más permeable ha ayudado mucho”.
Sin embargo, el rezago tecnológico en software de México es de 10 años, estima el directivo.
“El tema más complejo, hablando del software, la infraestructura de internet. Es uno de los puntos más delicados para México, que está por detrás de países cuyas economías son menores a las nuestras”.
Esta división de Siemens está orientado al sector de ingeniera, desarrollo y manufactura, detalla Kuri, quien está consciente de los retos a nivel internacional que enfrenta nuestro país.
“Hay ciertos países que dominan industrias y México es de los países más reactivos. No somos un país desarrollado en ese sentido, vamos con las naciones desarrolladas. Somos un país de manufactura importante, y la adopción de software es uno de los grandes retos de la industria mexicana”.
Y vaya que la industria manufacturera es relevante para México: este segmento representa más de 32% del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país.
Sector automotriz y energético, las oportunidades
Hoy no necesitamos de una televisión para ver las olimpiadas, dice Kuri, y ese patrón de consumo se asocia con productos inteligentes. Ejemplifica con el reloj inteligente, que ya no solamente da la hora, sino que recopila información y la envía a un dispositivo móvil para conocer mejor al usuario y generar datos útiles. Y esa inteligencia se está trasladando a otras industrias. Una de ellas es la automotriz.
“Los vehículos son más electrónicos que mecánicos por la coyuntura de software, este tipo de sistemas aportan competitividad a las compañías, esta tendencia de desarrollo de productos”.
La industria automotriz se ha convertido en el principal motor de exportación en México, derivado de la crisis petrolera mundial. El sector proporciona 3 puntos porcentuales del PIB, 17% de la producción manufacturera y 32% de las manufacturas totales, y ha hecho que México sea el primer productor de vehículos en Latinoamérica, dejando atrás a Brasil, la mayor economía de la región.
La adopción del programa PLM (ciclo de vida del producto) permite tener reducción de tiempo de 30% en temas de ingeniería y en manufactura una eficiencia de predicción de problemas de 20 y 25%. Al preguntarle si los programas desplazarán a las personas, Kuri considera que no existe un software que elimine al factor humano, sino que aporta eficiencia y oportunidad de negocio para las compañías.
Por otra parte, el sector energético, ha enfrentado una crisis por bajos precios del crudo, pues en enero el barril llegó a cotizarse en 18 dólares, cuando en agosto de 2014 oscilaba 100 dólares. No obstante, el directivo de Siemens estima que el panorama de la industria de hidrocarburos en México será positivo en el mediano plazo, en particular 2017 y 2018.
“Va a tener crecimiento importante por compañías extranjeras, no solo con visión, sino con adopción tecnológica, superior a la mexicana, y ésta tendrá que adoptarlas rápidamente para no perder competitividad: tienen que cerrar la brecha. Ahí es donde vemos mucha oportunidad de penetración de entre 10 y 15%”.
Oportunidad muy grande, de acuerdo con el directivo, son las necesidades de optimizar procesos de ingeniería, no solo de exploración ni hallazgo del aceite, sino del proceso de extracción en términos de costos. “El costo es un tema que mata a la industria del petróleo. Estamos porque estamos hablando de un producto cuyo precio no controla el productor”.
La aportación de Solid Edge es que permite a las empresas extractoras virtualizar los procesos y tomar decisiones sin fabricar los componentes para la extracción. “Virtualizar una plataforma petrolera, por ejemplo, permite predecir posibles fallas, acomodos de ingeniería que permitan ser más óptimos”.
Ingenieros mexicanos, los mejores entre emergentes
Kuri reconoce que la fortaleza de los ingenieros en manufactura y espera que su nivel suba en áreas mecánicas e industriales. “Aún están por debajo de los alemanes, pero por encima de las economías emergentes”, reconoce. Siemens tiene más de 60 personas trabajando en la división de software en México, con presencia en la zona centro de México: Ciudad de México, Morelos y Puebla, así como en El Bajío y Monterrey. (FUENTE: Forbes)
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