MADRID, España, 25 de marzo.-Se diagnosticaron en 2014 4.809 casos de tuberculosis, según datos del Instituto de Salud Carlos III (algo menos que en 2014). Pese a ello, nuestro país carece de un Plan Nacional para combatir la enfermedad, como ha denunciado la Sociedad Madrileña de Neumología (Neumomadrid) con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, que se celebra en todo el mundo el 24 de marzo.
La mortalidad por tuberculosis ha descendido en todo el mundo un 47% desde 1990, sobre todo desde que se establecieron los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en el año 2000. Así, se estima que se han evitado 43 millones de muertes entre 2000 y 2014, gracias al diagnóstico y tratamiento eficaz y, también, a los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud y de las sociedades científicas. De hecho, la propia OMS ha pedido unidad a los gobiernos para luchar contra esta patología infecciosa, la que mayor número de muertes causa (unas 4.000 al día en todo el planeta, según datos de 2014).
Más del 95% de las muertes se producen en países de bajos y medianos ingresos y está entre las cinco principales causas de muerte en mujeres de 15 a 44 años. Pese a ello, recuerda la OMS, los avances en los tratamientos han permitido salvar 43 millones de vidas en los últimos 14 años.”Estos datos ofrecen una luz de esperanza en una enfermedad donde la mayoría de los casos son curables”, sostiene la doctora Sara Quirós, coordinadora del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas y Tuberculosis de Neumomadrid.
A nivel mundial, la tasa de éxito gracias al tratamiento se mantiene estable desde el año 2005, con un porcentaje del 86%. Sin embargo, las cepas de tuberculosis multirresistente que no responden a los antibióticos de primera línea siguen siendo un reto para los expertos, que sólo han conseguido tratar con éxito al 50% de estos pacientes. El problema es que los tratamientos antituberculosos son largos, pero muchos pacientes los interrumpen antes de tiempo, cuando comienzan a sentirse algo mejor, y eso favorece la aparición de cepas resistentes (para las que el tratamiento se alarga aún más, hasta uno o dos años).
Junto con la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la tuberculosis constituye hoy en día una de las principales causas de mortalidad, por lo que Neumomadrid ha recordado a las autoridades sanitarias españolas la necesidad de establecer un plan nacional “que aúne esfuerzos” y permita “prestar la atención que se merece esta enfermedad, que sigue siendo una epidemia a nivel mundial”.De hecho, el lema elegido para este 24 de marzo es Unidos para poner fin a la tuberculosis, una especie de llamamiento a la colaboración y al diálogo entre los gobiernos, las comunidades, la sociedad civil y el sector privado, más allá de las fronteras.
La estrategia de la OMS Fin TB pretende reducir las muertes por tuberculosis en un 90% y los nuevos casos en un 80% entre 2015 y 2030, además de garantizar que ninguna familia con la enfermedad en casa enfrente costes catastróficos debido a ella.En este sentido, Médicos Sin Fronteras ha denunciado en esta fecha que sólo el 2% de los 150.000 pacientes que lo necesitan tienen acceso a medicamentos que siguen siendo demasiado caros para los países más afectados.
Según sus datos, los regímenes preferidos para la tuberculosis resistente cuestan entre 1.600 y 4.000 euros por persona y curso de tratamiento, sin incluir los nuevos medicamentos para la tuberculosis o los fármacos reposicionados (ya existentes pero no empleados contra esta patología) que pueden incrementar drásticamente su eficacia.Esto representa una rebaja importante en comparación con el primer informe de 2011, cuando el coste oscilaba entre los 3.900 y 7.900 euros por persona. Sin embargo, apunta MSF, “si añadimos los nuevos medicamentos y los llamados reposicionados, el precio aumentaría”. Por todo ello, MSF exige a los laboratorios un precio asequible para los nuevos medicamentos contra la tuberculosis, “sobre todo en los países sin recursos con alta prevalencia”.(FUENTE: EM)
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