Desarrollo urbano sin conciencia ambiental, una amenaza para Playa del Carmen

PLAYA DEL CARMEN, Quintana Roo, 29 de mayo. – El crecimiento acelerado de Playa del Carmen no puede seguir avanzando a costa de la naturaleza. Así lo advirtió la presidenta de la COPARMEX Riviera Maya, Sugeiry Prieto, quien lanzó un llamado urgente a autoridades e inversionistas para priorizar la protección de los ecosistemas y la biodiversidad en los planes de desarrollo urbano del municipio.

En entrevista, la también arquitecta fue enfática al señalar que el desarrollo no debe significar destrucción. “El desarrollo será inevitable en una ciudad con el dinamismo de Playa del Carmen, pero no puede seguir dándose de forma voraz, sin criterios ambientales ni planificación”, apuntó.

Como ejemplo de los daños que provoca la falta de regulación ambiental, Prieto mencionó el reciente caso ocurrido en el fraccionamiento Playacar, donde habitantes denunciaron la afectación de más de tres hectáreas de vegetación y fauna silvestre, presuntamente por trabajos irregulares de desmonte.

“El desarrollo responsable no puede seguir siendo una promesa incumplida. Los desarrolladores tienen la obligación de acercarse a organizaciones con experiencia técnica y conocimiento del entorno local antes de iniciar cualquier proyecto. No se puede construir ignorando las condiciones del ecosistema y luego sorprenderse por el rechazo social”, subrayó.

La representante empresarial hizo un exhorto a que el próximo Plan de Desarrollo Urbano (PDU) incorpore acciones puntuales para mitigar el impacto ambiental de la expansión urbana. Entre las propuestas están la implementación de tecnologías sustentables, estudios de carga ecológica, corredores biológicos y un mayor control en el otorgamiento de permisos de construcción.

“El crecimiento urbano debe entenderse como una responsabilidad compartida. No es solamente edificar más, sino garantizar que esas nuevas construcciones no comprometan el futuro ambiental del municipio”, recalcó.

Playa del Carmen enfrenta una presión constante sobre sus recursos naturales, especialmente en zonas como manglares, cenotes y selvas bajas, que se ven amenazadas por la expansión de fraccionamientos, hoteles y desarrollos inmobiliarios sin evaluación previa del impacto ambiental.

Finalmente, Prieto señaló que las autoridades tienen la última palabra para detener o permitir este tipo de proyectos, por lo que deben actuar con responsabilidad, transparencia y una visión de largo plazo.

“Si no cuidamos nuestros ecosistemas hoy, mañana no habrá destino que vender ni ciudad que sostener”, concluyó.

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