Martin Amis supo dar forma con encumbradas novelas como “Campos de Londres” (1989) o “Dinero” (1984), a la escena literaria británica
El escritor británico Martin Amis, fallecido a los 73 años, supo dar forma como pocos, con encumbradas novelas como “Campos de Londres” (1989) o “Dinero” (1984), a la escena literaria de la literatura de este país durante la década de los 80.
Nacido en Oxford (Inglaterra) en 1949, Amis, fallecido a causa de un cáncer de esófago en su domicilio de Lake Worth, en Florida (Estados Unidos), formó parte de un privilegiado y reputado grupo de escritores, en el que se codeaba con otros grandes de la literatura patria como Ian McEwan, Julian Barnes o Salman Rushdie.
Junto a ellos, la obra de Amis, caracterizada por su visión oscura sobre la sociedad inglesa y su virtuoso estilo a la hora de narrar historias, modeló y definió de forma única el esplendoroso escaparate de la literatura del Reino Unido de hace cuatro décadas.
Su novela “Dinero” fue incluida entre las cien mejores escritas en el idioma inglés por el diario británico The Guardian, que consideró que sigue siendo uno de los títulos “dominantes” de esa década.
Durante sus años de formación, Amis, considerado uno de los autores indiscutiblemente más influyentes de su época, fue educado en colegios del Reino Unido, España y Estados Unidos, antes de ingresar en el Exeter College, de Oxford, donde se licenció con honores en Inglés.
El novelista, ensayista y guionista siempre tuvo palabras de agradecimiento para su madrastra, la novelista Elizabeth Jane Howard, por haberle inculcado su pasión por la literatura.
Ya destacó con la publicación de su primera novela, El Libro de Rachel (1973), una obra cínica y maravillosa, por la que obtuvo el premio Somerset Maugham y solo un año después, editó su segundo título, Bebés Muertos.
A lo largo de su exitosa carrera, trabajó como editor literario de la publicación New Statesman entre 1977 y 1979, época en la que vio la luz su tercer libro, Éxito.
A su pesar, Amis nunca pudo evitar que con frecuencia se le comparara con su igualmente talentoso padre, el también escritor Kingsley Amis, ganador del renombrado premio Booker en 1986 por su novela Los Viejos Demonios. El propio Martin llegó a quedar entre los finalistas al mismo galardón.
En relación con la constante referencia a su progenitor, Amis llegó a comentar una vez en declaraciones a la emisora de radio británica BBC Radio 4 que hubiera deseado haber puesto “una mayor distancia” entre ambos.
No obstante, sobre él escribe precisamente en su libro de memorias “Experiencia” (2000), en el que también ahonda en profundidad sobre la separación de su primera esposa y madre de sus dos hijos, la académica norteamericana Antonia Phillips.
Esa obra describe, por otro lado, lo que le sucede cuando descubre que es el padre de una chica de 17 años, Delilah Seale, a quien nunca había conocido, y reflexiona acerca de la vida de su prima, Lucy Pargington, asesinada por los criminales Fred y Rosemary West.
En lo personal, Amis empezó una relación con la escritora norteamericana uruguaya Isabel Fonseca, con quien contrajo matrimonio en 1996 y con la que tuvo dos hijas.
Además de cosechar elogios por sus novelas, a lo largo de su vida Amis protagonizó también alguna que otra polémica por sus osadas opiniones y por posicionarse públicamente con frecuencia sobre la actualidad política.
En ese sentido, en 2006 se le acusó de islamofobia por una entrevista en la que hizo unas controvertidas declaraciones sobre la comunidad musulmana, de las que posteriormente se retractaría.
También hizo un llamamiento a que se habilitaran “puestos” de eutanasia en las calles del país a fin de lidiar con el problema de la población envejecida en el Reino Unido y se separó de su editorial Jonathan Cape después de que allí se negaran a darle un anticipo de medio millón de libras por su novela The Information.
En 2020 publicó la que es su obra más reciente, Desde Dentro, lo que se ha definido como una autobiografía novelada, fraguada durante dos décadas, seleccionada como finalista para el premio del National Book Critic’s Cirlcel en la categoría de obras de ficción. EFE